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Maternidad, un castigo en el ingreso de las mujeres

  • Utilizando la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), México, ¿cómo vamos? ofrece un análisis detallado sobre las brechas en el ingreso entre hombres y mujeres, en específico, sobre la ampliación de las brechas con hijas e hijos en el hogar.
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FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

Este 10 de mayo, en el marco del día de las madres, México, ¿cómo vamos? considera importante reconocer dos cosas: las madres son un pilar fundamental para las familias mexicanas pero debido al contexto del mercado laboral en nuestro país, enfrentan enormes desafíos para cumplir la doble tarea de ser madre y participar en el mercado laboral. 

La ausencia de un sistema de cuidados convierte a la maternidad en una de las principales barreras de entrada al mercado laboral para las mujeres, así como en su permanencia. 

Utilizando la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), México, ¿cómo vamos? ofrece un análisis detallado sobre las brechas en el ingreso entre hombres y mujeres, en específico, sobre la ampliación de las brechas con hijas e hijos en el hogar.

  • Los resultados de la ENIGH 2022 muestran que la disparidad de ingresos entre hombres y mujeres aún es una realidad en México.
  • El ingreso mensual promedio de los hombres fue de 9,761.7 pesos y el de las mujeres de 6,360.3 pesos; la brecha es de 34.8%. En otras palabras, por cada 100 pesos que percibieron los hombres, las mujeres ingresaron solo 65.2 pesos.
  • Según los datos de la ENIGH, las brechas de ingreso entre hombres y mujeres son más grandes a medida que aumenta la edad, disminuye el nivel educativo y se incrementa el número de hijos e hijas.
  • En 2022, las mujeres sin hijos o hijas percibieron un ingreso mensual promedio de 6,619.7 pesos, en comparación con los hombres en la misma situación (8,365.4 pesos al mes). Aunque la diferencia es notable, se trata del grupo con la menor disparidad de ingresos entre hombres y mujeres: la brecha es de 20.9%, menor a la brecha general de 34.8%
  • En contraste, entre hombres y mujeres que tienen cuatro o más hijas o hijos, la brecha de ingresos es más del doble que para personas sin hijos: 56.6%.
  • Al comparar mujeres y hombres en los mismos grupos de edad —por ejemplo, grupos de 15 a 29 años y 30 a 49 años—, se encuentra que para el periodo 2016-2022, el ingreso promedio de las mujeres se redujo con la cantidad de hijas o hijos. Sin embargo, en los hombres no se observa este patrón.
  • Es decir, para el caso de las mujeres, la presencia de hijas e hijos provoca que la brecha por ingresos se incremente.
  • En 2022, los hombres destinaban 45.5 horas a la semana al trabajo remunerado, mientras que las mujeres destinaban 36.7 horas. Por otro lado, en el trabajo no remunerado (cuidado de personas y quehaceres del hogar), las mujeres destinan 47.8 horas (equivalente a una jornada laboral completa), mientras que los hombres solo destinan 24 horas (equivalente a media jornada laboral).
  • 9 de cada 10 personas cuidadoras de infancias y adolescencias son mujeres (ENASIC 2022). Un sistema de cuidados permitiría que más mujeres puedan usar su tiempo en trabajar si así lo desean. Por ello, el sistema de cuidados debe empezar por ofrecer atención para infantes, guarderías, estancias infantiles y escuelas de tiempo completo.
  • Con los datos de la ENOE al cierre de 2023, la demanda por centros de cuidado se estima en 2.3 millones de mujeres. Estas mujeres se encuentran dentro de la población no disponible, indicando que les gustaría trabajar pero su contexto se los impide. Al inicio de esta administración, si bien las estancias infantiles representaban una oferta de cuidados insuficiente, en vez de ampliarse se cerró y con ello la posibilidad de 2.3 millones de mujeres de salir a trabajar.

Brechas por sexo y número de hijas/hijos

Los resultados de la ENIGH 2022 muestran que la disparidad de ingresos entre hombres y mujeres aún es una realidad en México. De acuerdo con los datos, el ingreso mensual promedio de los hombres fue de 9,761.7 pesos y el de las mujeres de 6,360.3 pesos; la brecha es de 34.8%. En otras palabras, por cada 100 pesos que percibieron los hombres, las mujeres ingresaron solo 65.2 pesos.

Si bien los ingresos de las mujeres registraron una recuperación en 2022, la brecha entre hombres y mujeres fue similar a la de 2020. Nótese que, en 2022, no se observó una reducción en la brecha, mientras que en años anteriores se observaron reducciones de alrededor de 4 puntos porcentuales.

Según los datos de la ENIGH, las brechas de ingreso entre hombres y mujeres son más grandes a medida que aumenta la edad, disminuye el nivel educativo y se incrementa el número de hijos e hijas.

En la presente publicación se ahondará sobre la relación del ingreso con el número de hijas/hijos, si desea saber más sobre brechas entre hombres y mujeres por nivel educativo o distintos grupos etarios consulte Reimaginemos el panorama: Ingresos, gastos y desigualdades.

En 2022, las mujeres sin hijos ni hijas percibieron un ingreso mensual promedio de 6,619.7 pesos. En comparación con los hombres en la misma situación, ellos recibieron, en promedio, 8,365.4 pesos al mes. Aunque la diferencia es notable, se trata del grupo con la menor disparidad de ingresos entre hombres y mujeres (la brecha es de 20.9%). 

En contraste, entre hombres y mujeres que tienen cuatro o más hijos o hijas, la brecha de ingresos es de 56.6%. Los distintos levantamientos de la ENIGH muestran que la tendencia de incremento de las brechas a medida que aumenta el número de hijas e hijos se ha mantenido.

El resultado anterior se debe contextualizar con base en la importancia que tiene para el desarrollo de políticas públicas destinadas a cerrar las brechas de ingreso entre hombres y mujeres. El aumento en el ingreso promedio de los hombres cuando tienen hijas o hijos no implica que una mayor cantidad se relacione con un mayor ingreso, sino que los ingresos de los distintos grupos etarios dependen del desarrollo de las personas en el mercado laboral. En el sentido tradicional, una mayor permanencia en el mercado laboral conlleva un mayor desarrollo de habilidades y experiencia, lo que se refleja en mayores ingresos.

De acuerdo con el INEGI, al comparar mujeres y hombres en los mismos grupos etarios —por ejemplo, grupos de 15 a 29 y 30 a 49 años—, se encuentra que, para los años 2016-2022, el ingreso promedio de las mujeres se redujo con la cantidad de hijas o hijos. Sin embargo, en los hombres no se observa este patrón.

Esta disparidad en el ingreso que representa la maternidad para las mujeres, en contraste con la paternidad para los hombres, está relacionada con las diferencias en la distribución del tiempo que destinan a labores remuneradas y no remuneradas. En 2022, los hombres destinaban 45.5 horas a la semana al trabajo remunerado, mientras que las mujeres destinaban 36.7 horas

Por otro lado, en el trabajo no remunerado (cuidado de personas y quehaceres del hogar), las mujeres destinan 47.8 horas (equivalente a una jornada laboral completa), mientras que los hombres solo destinan 24 horas (equivalente a media jornada laboral). Estas disparidades en el uso del tiempo en labores remuneradas y no remuneradas persisten a lo largo del tiempo.

La diferencia de horas dedicadas a labores no remuneradas son una de las razones por las que la baja participación laboral de las mujeres continúa siendo uno de los problemas estructurales del mercado laboral mexicano. Para marzo de 2024, persiste una brecha en participación de casi 30 puntos porcentuales entre hombres y mujeres. En el caso de las mujeres cuidadoras, la tasa de participación de las cuidadoras de infantes y/o personas con discapacidad en 2022 fue 6 puntos porcentuales menor que la tasa del las mujeres no cuidadoras lo que evidencia la necesidad de un sistema nacional de cuidados que ofrezca guarderías, centros de cuidados y estancias infantiles. 

Los hallazgos sobre las brechas salariales entre hombres y mujeres señalan un importante desafío para la sociedad y el gobierno en México. El análisis diferenciado por diversos criterios sociodemográficos, en este caso específico, por número de hijas e hijos, destaca la urgente necesidad de implementar políticas públicas con perspectiva de género. Estas políticas deben reconocer la importancia de facilitar el acceso a sistemas de cuidado que permitan a las mujeres una mayor participación en el mercado laboral.

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Para más información revisa www.mexicocomovamos.mx

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