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No somos Dinamarca

  • En su último informe de gobierno, López Obrador señaló como uno de los logros más importantes de su administración que el sistema de salud en nuestro país es mejor que el de Dinamarca; sin embargo, aunque un estruendoso aplauso acompañe sus palabras desde el zócalo capitalino, no somos Dinamarca y de las migas (pizcas) no se construyen Estados de Bienestar, sólo carencias.
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FOTO: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM

En 2022 (último año para el que tenemos datos), 4 de cada 10 personas en México se encuentran en carencia por acceso a servicios de salud. De acuerdo con CONEVAL, una persona se encuentra en esta situación cuando no cuenta con adscripción o afiliación a las instituciones públicas de seguridad social (IMSS, ISSSTE federal o estatal, Pemex, Ejército o Marina), a servicios médicos privados, o bien, no se encuentra afiliado o inscrito al Seguro Popular o no reportó tener derecho a recibir los servicios que presta el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).

Cuando este resultado fue presentado a mediados de 2023 por CONEVAL, desde el ejecutivo se buscó minimizar, argumentando un cambio en el fraseo de una de las preguntas desde la que se construye el indicador por la desaparición del Seguro Popular y la creación del INSABI.

La realidad es que, comparado con 2018, en 2020 y 2022 menos personas que presentaron problemas de salud se atendieron en instituciones públicas de salud. En 2018 la mayoría de las personas se atendió en instituciones públicas de salud, mientras que en 2020 y 2022 la mayoría lo hizo en instituciones privadas.

Los lugares donde más se atendió la población en 2022 fueron los consultorios y hospitales privados (35.3 %) y los consultorios de farmacias privadas (25.5 %). Es importante destacar que, en 2018, el segundo lugar con más atención era el Seguro Social o IMSS, relegado a la tercera posición en 2020 y 2022. Como apunte final, las migas para el INSABI (en términos presupuestales y de operación) se tradujeron en que en 2020 y 2022 más personas se atendieran con curanderos, hierberos, comadronas, etc. que en la ahora desaparecida Institución pública.

Además, esta transición de la atención en instituciones públicas hacia instituciones privadas es consistente con el incremento en el gasto en bolsillo en salud en todos los niveles de ingreso, con especial énfasis en los hogares de menores ingresos, donde los gastos en salud tienen mayor peso en el ingreso total que lo que se observa en los hogares de mayores ingresos.

La importancia del acceso a los servicios de salud en el progreso y movilidad social de las personas está más que documentada en la literatura moderna y así como cuando era pequeño mi abuela me señalaba que “hay cosas con las que no se juegan” mientras no comía de tan buena gana mi sopa de verduras, hay cosas con las que el presidente de la República no debería tirar migas; nuestro acceso (y calidad) a la salud pública encabeza la lista.

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