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#PreguntaExpertos

31 de Julio del 2017

Actualmente, el salario mínimo en México es de $80.04 pesos por día. ¿Crees que se debería de aumentar?

Esta semana nos ayudan a entender:

Opinión: Depende - El salario mínimo debería indexarse al aumento nominal promedio de los salarios del ejercicio inmediato anterior.

Opinión: Sí - Definitivamente hay que aumentarlo al menos a los niveles de lo que cuesta la canasta básica diaria. De hecho si se tomará en cuenta la productividad del trabajo del año 2000 a la fecha el salario debería de estar por encima de los 100 pesos diarios.
Si se viera desde el punto de vista de justicia social, el salario para una familia de 4 para satisfacer sus necesidades básicas debería de ser de mas de 300 pesos utilizando escalas de equivalencia.

El bajo salario promueve la informalidad, creando incentivos perversos para no participar en la economía informal dados los bajos salarios.
También limita el desarrollo del mercado interno, dado el bajo poder adquisitivo de los asalariados
Otro efecto pernicioso es que muchos trabajadores al estar inscritos en la seguridad social con un bajo salario, tendrán pensiones muy bajas, con la consecuencia de ser un país de viejos pobres y los problemas sociales que conlleva.

Finalmente difícilmente sería inflacionario, dado que hoy si se mide el PIB por el método de remuneraciones a los factores de la producción, 2/3 son pagos a capital y 1/3 a sueldos y salarios, cuando en promedio en Europa es justo lo contrario.

Finalmente. ya sea por criterios de eficiencia o de justicia distributiva y cohesión social, el aumento al salario mínimo es más que pertinente y viable económicamente.

Opinión: Sí - En primer lugar, la evidencia de 2017 indica que aumentar el salario mínimo en México sólo tiene impacto en la parte baja de la distribución salarial, lo cual implica que el impacto inflacionario sería mínimo. En segundo lugar, muchos estudios encuentran que subir el salario mínimo desde un nivel bajo no distorsiona el mercado laboral. Por estas razones, me parece buena idea aumentar el salario mínimo paulatinamente, evaluando después de cada incremento el impacto en el mercado laboral. No me comprometería a ninguna meta final dado que no sabemos a partir de qué nivel el salario mínimo empezaría a generar desempleo o informalidad. Dada la incertidumbre sobre el nivel ideal del salario mínimo, el marco institucional para la toma de decisiones en el futuro es fundamental para garantizar que haya un análisis técnico y riguroso detrás de cada decisión.

Opinión: Sí - El salario mínimo legal está muy por debajo del salario más bajo que se paga en el mercado y constituye un efecto faro negativo: es tan bajo que jala a otros salarios a la baja (un empresario se siente muy bien si paga a sus trabajadores el equivalente de dos salarios mínimos, sin percatarse que no alcanzan para comprar la canasta básica para un trabajador y un dependiente).
Por otra parte, ya se eliminó el uso del salario mínimo mínimo como unidad de medida legal, requisito para después separar sus ajustes a la inflación, como había ocurrido desde hacía decenios. Eso ya ocurrió en diciembre pasado, con éxito.
La Conasami aprobó la creación de una unidad de valor y de un ajuste de recuperación gradual al salario mínimo. No hubo ninguno de los efectos negativos que vaticinaban quienes se oponían a un aumento por encima de la inflación. Primero, la inflación de los últimos meses no se deben al salario mínimo, de acuerdo con las minutas del Banco de México (más bien al precio de la gasolina y la depreciación del peso); segundo, no hubo negociaciones salariales generales que se basaran en el aumento del salario mínimo, y tercero, no aumentó la informalidad.
Es necesario aumentar gradualmente el salario para evitar un "efecto faro" inverso, en el que un bajo salario mínimo jala los demás salarios a la baja. Además, alimenta el mercado interno que está creciendo más por la depreciación del tipo de cambio, que sustituye bienes importados por los nacionales.

Opinión: Depende - Cualquier cambio de política económica del tipo subir o bajar impuestos, hacer la estructura fiscal más o menos progresiva, extender la cobertura sanitaria a grupos de la población antes desprotegidos o, como en este caso, subir el salario mínimo, involucran costes y beneficios que deben ponderarse adecuadamente. Para eso, académicos en todo el mundo realizan estudios y someten sus resultados al escrutinio de otros académicos y de la sociedad que, al final del día, es la que toma las decisiones.

El objetivo de los salarios mínimos es reducir la desigualdad en el ingreso laboral pero las consecuencias de aumentar los salarios mínimos son inciertas. Desde el punto de vista teórico los economistas debemos ser claros sobre el tipo de economía que tenemos en mente. Si es una economía en la que los mercados laborales funcionan de forma competitiva y los salarios mínimos se establecen por encima del precio de la mano de obra, la subida resultará en un aumento del desempleo, ya que habrá empresas que no estarán dispuestas a contratar tantos trabajadores por ese nuevo salario.

En cambio, si pensamos que las empresas que contratan en México tienen poder de mercado y pueden fijar un salario por debajo de lo que el trabajador aporta a la empresa, entonces subir el salario mínimo podría aumentar el empleo y reducir la desigualdad al mismo tiempo. Determinar el grado de competitividad en los mercados laborales es algo tremendamente complejo de medir y no tenemos una respuesta clara al respecto.

La situación en México es aún más compleja ya que es un país donde la informalidad y el autoempleo son alternativas fáciles para escapar de cualquier regulación o impuesto que establezca el gobierno y todo empeora si tenemos en cuenta que los trabajadores son cada vez más fáciles de sustituir por máquinas y no podemos (ni debemos) oponernos al cambio tecnológico que se nos viene encima.

Además, México tiene un margen enorme para modificar su política fiscal, haciendo el impuesto sobre la renta más progresivo, eliminando la regresividad del sistema de cotizaciones sociales, mejorando la regulación de las AFOREs, mejorando las prestaciones que ofrece el IMSS, invirtiendo en capacitación y vigilando con más celo que se cumplan las leyes laborales.

Sobre las medidas sugeridas en el párrafo anterior hay un consenso entre los economistas mucho mayor que respecto de los salarios mínimos y por ese motivo me gustaría que se discutieran antes que centrar el debate en una política sobre la que existen tantas incertidumbres.

Opinión: Sí - Urge , desde tiempo atrás, colocar al salario mínimo en una ruta sostenible de recuperación para cuando menos cumplir con el mandato constitucional al respecto. Las razones están argumentadas, en extenso, en los trabajos realizados -por expertos y yourstruly- para la SEDECO del Gobierno de la CDMX. La COPARMEX y otras organizaciones gremiales coinciden en ello, Agregando a esas razones está el hecho de que, ante la debilidad del mercado externo, es imperante fortalecer el mercado interno. El alza del SM es un paso necesario y muy útil en esa dirección.

Opinión: Sí - Vale la pena aumentarlo como parte del fomento a un nivel salarial más justo. Los aumentos, no obstante, no deben volverse recurrentes, ni debe darse al gobierno federal el control de uno de los precios más importantes de la economía.

Opinión: Depende - Es muy rentable para los políticos proponer un incremento al salario mínimo. Los incrementos a los salarios, deben de estar ligados a aumentos en la productividad, si lo anterior se cumple, no creo que haya alguien que se oponga a que los mexicanos ganemos más.

Opinión: Sí - Dado el nivel tan bajo del salario mínimo, aumentarlo de manera moderada no generaría ni inflación ni desequilibrios en el mercado laboral. Si el mensaje fuera: México acuerda que ningún asalariado gane al día menos de 94 pesos (por ejemplo), la idea central sería una de solidaridad y cohesión social (que tanta falta hace en el país), independientemente incluso del efecto real en la pobreza. Frasear así la propuesta, por tanto, no se traduciría en un cambio porcentual generalizado de los salarios (efecto faro) y sería un tema de pisos mínimos.

Opinión: Depende - Es cierto que el salario mínimo es ridículamente bajo y por eso tendría que aumentar.
Sin embargo, hay dos posibles efectos negativos. El primero es que se podría generar una presión al alza en toda la escala salarial, afectando transitoriamente la inflación. Hasta ahora, ese "efecto faro" no se ha presentado.
El segundo, es la caída que podría haber en el empleo formal de los trabajadores menos calificados y el aumento correspondiente en la informalidad laboral.
Hay además un problema de la liga del salario con toda la estructura de pagos de seguridad social (IMSS, Sar, INFONAVIT). Habría que desligarlo y cubrir gastos de SS con impuestos generales y bajar simultáneamente la carga patronal.
Y así las cosas.

Opinión: No - No es el momento de hacerlo, cuando, la inflación va para arriba. Más adelante, antes de diciembre, en pesos, no, porcentaje, sí.

Opinión: Sí - Lo importante es que aumente el poder de compra del salario más que su monto nominal. Para ello es indispensable que los incrementos estén respaldados por una mayor productividad y que no se reflejen en más inflación. Muy importante entender que es un problema económico y no un evento político, si se confunde puede generar efectos adversos.

Opinión: Sí - El incremento del salario mínimo en enero fue ligeramente superior a 9.5 %, resultante de un incremento 4 pesos y de 3.9% sobre el monto que resultó. Desde entonces ha habido a una inflación de 6.3 a la primera quincena de junio. Esto ha incidido por supuesto en el poder adquisitivo de los salarios, aunque aún ligeramente por arriba de la inflación. Es indudable que se debe incrementar. La pregunta es cuánto y cuándo. Sobre el cuánto, idealmente habría que compensar lo que se ha perdido. El cuándo, idealmente lo más pronto posible. Un incremento para el salario mínimo y sólo para el salario mínimo, de $5.00, cinco pesos podría compensar la pérdida hasta junio aproximadamente. Habría que ver cuidadosamente, que los precios no se aceleren, por el tipo de cambio entre otras cosas, que aunque se ha revaluado, continuará afectando los precios por órdenes de compra colocadas con anterioridad, para evitar que el salario real, que es el relevante, no se deteriore.

Opinión: No - Yo quisiera que quienes argumentan que el salario mínimo establece un ancla para los salarios de mercado en toda la economía prueben su dicho. No hay evidencia estadística de que el salario mínimo tenga un efecto en el salario real percibido por las personas. El salario mínimo es una medida contraproducente, que desplaza de los mercados formales a la gente menos productiva de la economía. Es un mal invento del mundo anglosajón que 100 años después ha resultado en mercados laborales muy distorsionados, incentivos a la automatización y reducción de las oportunidades laborales para la gente más pobre del mundo.

Opinión: Sí - Bajo ciertas condiciones de mercado, el salario mínimo es una herramienta que permite elevar las remuneraciones de la población más pobre sin generar inflación, desempleo o informalidad. Existe aún margen de maniobra para procurar mejores remuneraciones a los trabajadores de bajos ingresos y estas deben ser aprovechadas.
Sin embargo, debe advertirse que la elevación del salario mínimo por simple decreto no es una solución al problema de los bajos ingresos o de la pobreza, pues su alcance es limitado, tanto en términos de la población a la que afecta como por lo estrecho de los márgenes de maniobra para seguirlo aumentando sin efectos adversos.
Un aumento significativo y permanente del salario mínimo requeriría un subsidio fiscal para no trasladar los mayores costos laborales que representa a las empresas.

Opinión: Sí - En el largo plazo hay una correspondencia entre paga y productividad independientemente del nivel del salario mínimo. No obstante, no aumentarlo implicaría a corto plazo un costo político alto para el gobierno, que podrían capitalizar políticamente el año que entra, los enemigos de una economía de mercado moderna y eficiente. A cambio, el beneficio económico de no otorgar un incremento sería pequeño.