Campeche es el estado de la República con el mayor Producto Interno Bruto per cápita: 557 876.3 pesos por habitante.1 Si bien su PIB no es de los más altos del país —ocupa la posición 13 con 517 911.7 millones de pesos— y es una de las entidades con menor población —ocupa la posición 30 con 928 363 habitantes—, en ambos elementos se puede encontrar una explicación para este resultado. Por un lado, su actividad económica principal —la producción de petróleo— vale el 79 % de su producto. No obstante, si se descuenta este componente, Campeche mantiene a su PIB per cápita por encima del 80 % de los estados del país.2 Por tanto, es posible que otra parte de la explicación del resultado de esta métrica a nivel nacional se deba a la poca población que tiene. Paradójicamente, ambos factores también pueden estar detrás de su complicada situación económica, productiva y de bajos niveles en indicadores de bienestar social.
Con un territorio de 57 924 km2, es la entidad federativa número 18 de la República por su tamaño. Forma parte de la Península de Yucatán, por lo que sus límites colindan con el Golfo de México, Guatemala, Belice, y con tres estados de la República: al norte con Yucatán; al este con Quintana Roo, y al suroeste con Tabasco, estado con el que guarda similitudes. En lo que se refiere a su actividad económica, su sector primario cuenta el 1.1 % del PIB estatal, mientras que el secundario corresponde al 84.1 %, y el terciario, el restante 14.8 %. Además de la Minería petrolera (79 %), otras actividades económicas relevantes se ubican en el sector secundario —Construcción (4.3 %)—, y terciario —Comercio (3.8 %); Servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (2.5 %), y Transportes, correos y almacenamiento (1.7 %)—.
A pesar de su PIB per cápita, la situación económica y de desarrollo de Campeche es mala.
Siendo una de las economías más grandes, su población está dentro de los niveles más bajos de bienestar del país.3 Aunque sus métricas de generación de empleo4 y de población ocupada5 son medianamente positivas, su pobreza6 e informalidad7 laboral son altas. Además, es el estado del país con la mayor proporción de población trabajando en el gobierno,8 lo cual explica parcialmente el buen nivel de ocupación que se observa; pero es también síntoma de una economía débil.
Campeche tiene, por tanto, una economía dependiente del petróleo y del gobierno. Otras industrias y actividades económicas son muy limitadas. De tal manera, la dependencia petrolera en tiempos en los que la producción nacional —y en particular en la zona de Campeche— ha decaído de manera sostenida desde hace más de 10 años ha diezmado a la economía estatal. Adicionalmente, la capacidad financiera del gobierno del estado para mantener su condición de principal empleador de la entidad se ha reducido; en parte por la ralentización de la economía nacional, en parte por la disminución en las transferencias fiscales federales —Participaciones, Aportaciones y Convenios—y, últimamente, por los efectos de la pandemia de covid-19 en las actividades productivas. Esta estructura productiva con deficiencias ha provocado un evidente aletargamiento de la entidad.
Como resultado, la entidad ha sufrido una marcada caída en su crecimiento económico en los últimos 20 años. En el año 2004, el PIB de Campeche equivalía al 8.1 % del PIB nacional, por lo que se ubicaba en la tercera posición. En 2007 correspondía al 6.6 %, que le valía para alcanzar la cuarta posición. En 2015, había bajado a la séptima posición, aportando solamente el 3.8 %. Para 2019, ya estaba en la décimo tercera posición, con un PIB igual al 2.9 %.9 Este decrecimiento no sólo ha sido consecuencia de la menguante producción petrolera; si se hace un lado la pérdida de productividad petrolera, la tasa de crecimiento del PIB estatal de los últimos 10 años ha sido de las más reducidas del país.10
La entidad se encuentra, pues, en una trampa de pobreza. Al igual que otras entidades federativas que presentan elevados niveles de pobreza, Campeche tiene una estructura productiva sesgada hacia el sector terciario de la economía —preponderantemente hacia actividades comerciales— y no a la manufactura. Sus limitadas capacidades productivas que, a pesar de su poca población, afectan al ingreso per cápita, reducen, además, su posibilidad de desarrollo por las dificultades que enfrenta la estructura productiva para generar nuevas capacidades. Adicionalmente, las que ya dispone en la actualidad se encuentran muy lejos de las requeridas para la producción de bienes relativamente complejos. Como resultado, su vocación exportadora es muy limitada, no sólo porque la participación de sus exportaciones no petroleras en el total nacional se ha reducido, sino también porque éstas se concentran en muy pocos productos, y muy simples. Esto es una señal indudable de una estructura productiva poco sofisticada, con exportaciones poco diversificadas. Una economía débil.
De tal manera, es muy clara la necesidad que tiene el estado de llevar a cabo transformaciones estructurales en su economía. Para ello, es indispensable encontrar nuevas vocaciones productivas, más complejas, que lo ayuden a ser competitivo, crecer y salir de la trampa de la pobreza en la que está su población. Por ejemplo, potenciar la conversión de la agricultura y de la producción de madera, textiles y muebles, en industrias que tengan una mayor complejidad que las existentes. Conectarlas con avances en otros sectores, como la fabricación de maquinarias, metales y vehículos de transporte.
Así, si la actividad petrolera no logra reactivarse a niveles observados hace 20 años, si los beneficios de esta producción no se distribuyen de forma más eficiente entre todas las comunidades del estado, si el gobierno reduce su proporción como empleador en el estado poniendo más presión al mercado, incrementando a la informalidad y a la pobreza laborales, se acentuaría aún más la necesidad de un esfuerzo de consolidar otras opciones productivas viables y efectivas.
En suma, el reto de Campeche es diversificar sus fuentes de producción, haciendo más compleja su actividad económica, al tiempo que se frene el deterioro que se ha acelerado en los últimos años.
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Tamón Takahashi Iturriaga
Economista y director general de AGV Analytics.
1 Los datos mencionados, excepto cuándo se señale lo contrario, vienen del INEGI (2020).
2 Ver Barrios, Douglas, Johanna Ramos, Jorge Tapia, Ana Grisanti y José Ramón Morales, Campeche: Reporte de Complejidad Económica, CID Research Fellow and Graduate Student, Working Paper n.º 102 (Cambridge, MA : Center for International Development at Harvard University, September 2018).
3 Ver Gonzalo Castañeda, Reporte sobre la complejidad económica del estado de Campeche (México : Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Centro de Investigación y Docencia Económica, julio de 2017).
4 Al cuarto trimestre de 2020 se ubicó en la posición 16 en generación de empleo, al perder 7,944 puestos de trabajo con respecto del cuarto trimestre de 2019 (Semáforos económicos de las entidades federativas, México, ¿cómo vamos?)
5 Al cuarto trimestre de 2020 se ubicó en la posición 7 en población colocada, al contar con un 45.4 %; ligeramente menor que al 46.7 % observado en el mismo trimestre de 2019 (Semáforos económicos de las entidades federativas, México, ¿cómo vamos?)
6 Al cuarto trimestre de 2020 se ubicó en la posición 13 en pobreza laboral, al contar con un 42.5 %; empeorando en una posición (12) el resultado observado en el mismo trimestre de 2019, que fue de 40.2 % (Semáforos económicos de las entidades federativas, México, ¿cómo vamos?)
7 Al cuarto trimestre de 2020 se ubicó en la posición 12 en informalidad laboral, al contar con un 53.8 %; lo que representó una mejora con respecto al mismo trimestre de 2019, cuando sumó 56.8 % (Semáforos económicos de las entidades federativas, México, ¿cómo vamos?)
8 Al cuarto trimestre de 2020 fue la entidad federativa que mayor porcentaje de población (8.5 %) empleada por el gobierno; contra el 8.3 % observado en el mismo trimestre de 2019, por debajo de Tabasco (8.5 %) (Semáforos económicos de las entidades federativas, México, ¿cómo vamos?)
9 De tal manera, la tasa media anual de crecimiento (TMAC) real observada entre dichos años y el año 2019, ha sido negativa. La TMAC 2003-2019 fue (-) 4.3 %; la TMAC 2004-2019, (-) 4.7 %; la TMAC 2007-2019, (-) 4.9 %, y la TMAC 2015-2019 fue (-) 5.1 %
10 Castañeda, 10.