Hasta ahora, la presidenta Claudia Sheinbaum ha manejado magistralmente la incertidumbre de las negociaciones con la administración Trump, atendiendo la demanda interna de información sobre el plan de México respecto a los diversos escenarios arancelarios.
Externamente, Sheinbaum mostró paciencia y compostura en medio de las tensiones por los aranceles generales del 25 % que Estados Unidos impuso temporalmente a todos los productos mexicanos. Mientras Washington D.C. se convertía en el epicentro de las conversaciones arancelarias, ella mantuvo su rumbo y esperó la acción del gobierno estadounidense. Se mantuvo firme, pero honesta, incluso mostrando sorpresa cuando llegó y pasó el día D de los aranceles sin un acuerdo que los evitara.
Sheinbaum utilizó este mismo enfoque honesto en su discurso en la plaza pública de la Ciudad de México el domingo 9 de marzo. Relató los últimos acontecimientos, desde las amenazas arancelarias iniciales de Donald Trump en febrero pasado hasta la llamada con él el jueves 6 de marzo, cuando la implementación de los aranceles se pospuso hasta el 2 de abril. Su discurso sirvió tanto para reunir a su base de seguidores de Morena como para ganarse el favor de los partidarios del expresidente Andrés Manuel López Obrador, diciendo repetidamente que las decisiones gubernamentales se toman por y con el pueblo.
El mensaje más importante de Sheinbaum se entregó al concluir el evento: un plan económico de cinco pasos para enfrentar cualquier adversidad que se presente a México:
- Fortalecer el mercado interno; continuar aumentando el salario mínimo.
- Ampliar la autosuficiencia en alimentos básicos y energéticos.
- Inversión pública para promover la creación de empleo.
- Producción nacional para el mercado interno en coordinación con el sector privado mexicano.
- Fortalecer los programas de transferencia populares.
Sin embargo, el éxito de estos puntos depende de factores clave que pueden no mantenerse:
- Que México está experimentando dinamismo económico, lo cual no es así;
- Que habrá un gasto continuo en inversión pública. Esto ocurrió en enero de 2025, pero probablemente sea demasiado pronto para decir si es creíble para el resto del período;
- Que México refina su petróleo de manera eficiente, lo cual no hacemos, y que la sequía no está afectando a los cultivos domésticos, lo cual sí está ocurriendo, y
- Que tras la controvertida reforma judicial, la selección de nuevos jueces este verano asegure una rama judicial profesional y efectiva y proporcione certeza legal a los inversores, un resultado muy dudoso.
Sheinbaum tiene algunos factores a su favor. Es extremadamente popular, alcanzando un 85 % de aprobación en febrero. Además, el pueblo mexicano está abierto al libre comercio y las empresas estadounidenses tienen poderosas razones económicas para presionar a su gobierno a no imponer aranceles. Pero sus planes parecen menos viables cuando se tienen en cuenta las condiciones económicas adversas actuales y las amenazas al Estado de derecho y la certeza legal.
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* Sofía Ramírez Aguilar (@Sofia_RamirezA) es Maestra en economía por el ITAM y Directora General de México, ¿cómo vamos?
Este texto fue elaborado por la autora a partir de su participación en el artículo “REACTION: What’s Next for Sheinbaum’s Tariff Strategy” de Americas Quarterly.