Mañana, viernes, conoceremos la estimación oportuna del PIB para 2020, cuya tasa respecto al año anterior se espera sea dentro de un rango de -8.5% a -8.9%. Después de la caída espeluznante de -17.0% en el segundo trimestre del año, y pese al aumento de 12.1% en el tercero, la actividad económica aún estaba al tercer trimestre -6.9% por debajo del observado en el primer trimestre del año, o bien, -8.9% por debajo del primer trimestre de 2019, que fue el último pico que hemos observado. Esto significa que todavía necesitamos crecer bastante para regresar al nivel registrado en el primer trimestre de 2020 y todavía más para volver a la cresta de principios de 2019. Anticipamos que el cuarto trimestre de 2020 habrá crecido ligeramente por debajo del 3%, por lo que queda claro que hay un camino largo y sinuoso de recuperación por delante de nosotros.
Las exportaciones, uno de los motores de crecimiento más importantes para el país en los últimos 25 años, prácticamente ya se recuperó. La cantidad de dólares que recibimos por las exportaciones en diciembre fue 11.5% superior a la recibido en diciembre del año pasado. Si bien las exportaciones de todo el año quedaron -9.3% por debajo de 2019, el flujo del último mes de 2020 representó un nuevo máximo histórico. El panorama en 2021 luce favorable ante la recuperación de la economía de Estados Unidos, un tipo de cambio más favorable y el nuevo tratado de libre comercio. Esto es algo muy positivo para la economía mexicana, porque en el pasado la actividad exportadora siempre ha impulsado a la economía interna. Sin embargo, no parece que será suficiente en 2021, ya que los rezagos presentados en los demás componentes del PIB por el lado del gasto se ven difíciles de remontar en el corto plazo.