En la tierra del general Lázaro Cárdenas se enfrentan por la gubernatura dos polos que tienen su sementera en el partido fundado por su hijo, Cuauhtémoc. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha sido arropado por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para defender su último bastión. Su principal adversario es Morena, nutrido de grupos otrora perredistas que fueron relegados hasta que optaron por renunciar y encontrar cobijo en el partido fundado por su excorreligionario Andrés Manuel López Obrador. Se trata de una carrera parejera.
Las elecciones de este 2021 podrían significar la cuarta alternancia en Michoacán y el rompimiento de un esquema bipartidista en el que el PRI y el PRD se han alternado la gubernatura. En estos comicios, además del Ejecutivo estatal, están en juego 24 diputaciones de mayoría relativa y 16 de representación proporcional, 112 presidencias municipales, igual número de sindicaturas y 874 regidurías. Están llamados a votar 3 615 646 ciudadanos.
El perredismo tiene en Silvano Aureoles Conejo, el actual gobernador michoacano, a una de sus principales figuras. Su encomienda es contener la fuerza de Morena en la entidad, en un episodio más de un enfrentamiento añoso con López Obrador. Ambos políticos militaban en el PRD cuando el Pacto Por México los confrontó. Aureoles fungía como coordinador de los diputados federales perredistas cuando ocurrieron las negociaciones entre PAN, PRI y PRD —de manera que lo de hoy no es algo que deba parecer tan inédito— que precipitaron la salida de López Obrador del partido del sol azteca en septiembre de 2012.
Un episodio más de esa rivalidad ocurrió en 2018, cuando Aureoles dio a conocer sus aspiraciones presidenciales, pero finalmente declinó en favor del candidato externo del PRI, José Antonio Meade. Las hostilidades continuaron una vez instalado López Obrador en la Presidencia, recrudeciéndose sobre todo en el contexto de la pandemia de covid-19, cuando Aureoles y otros nueve gobernadores de distinto signo político conformaron la Alianza Federalista para realizar diversos reclamos al presidente.
Antecedentes borrascosos
Cuando José María Mendoza Pardo se desempeñaba como gobernador en Michoacán, el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) cambió de nombre a PRI. Desde octubre de 1946, cuando ese partido quedó así registrado en el estado, se sucedieron gobiernos priistas por más de medio siglo. La alternancia no ocurrió sino hasta 2001 y estuvo encabezada por un representante de la estirpe de los Cárdenas: Lázaro Cárdenas Batel. La consiguió apoyado en el PRD, el partido fundado por su padre en 1989 después de renunciar al PRI y haber desencadenado una nueva etapa en la historia electoral del país.
En el proceso de sucesión de 2007 aparecen ya los nombres de Aureoles y Cristóbal Arias, aunque finalmente la candidatura del PRD quedó en manos de Leonel Godoy, a la postre gobernador. Para 2011 Michoacán se contagió de un renovado apoyo hacia el PRI que derivó en el retorno de esa organización política al poder en el estado y en el triunfo de Enrique Peña Nieto a nivel nacional. El PRD había nombrado a Aureoles, con base en una elección abierta, como su candidato, quedando en el camino personajes como Enrique Bautista y Raúl Morón. El PRI designó a Fausto Vallejo, quien finalmente ganó la gubernatura con el 35.44 % de los votos, dejando en segundo lugar a la panista María Luisa Calderón, hermana del entonces presidente Felipe Calderón, y relegando al PRD hasta el tercer lugar.
La reaparición del PRI fue efímera, tanto por la reducción del periodo de gobierno a cuatro años para hacer concurrente la elección estatal con la federal intermedia de 2015 como por las dificultades que se acumularon en la entidad. Fausto Vallejo se sumó a la lista, junto con Luis Martínez Villicaña y Eduardo Villaseñor Peña, de gobernadores que no concluyeron su mandato constitucional. Vallejo abandonó el cargo en medio de un clima de violencia que propició la aparición de autodefensas comunitarias (grupos de civiles armados que se proponían hacer frente al crimen organizado) y entre acusaciones de vínculos con grupos delincuenciales.
En este escenario, el PRD recuperó la gubernatura en 2015, en la segunda oportunidad de Aureoles como candidato. Lo hizo con el 36.17 % de los sufragios y ganándole, nuevamente, la postulación al entonces también senador Raúl Morón, quien se negó a establecer una candidatura de unidad.
Las opciones de futuro
Si Morena tuvo una participación irrisoria en la elección de 2015, en la cual postuló a la expriista María de la Luz Núñez y obtuvo sólo el 3.83 % de los votos, en 2021, de acuerdo con diversas encuestas, se constituye como la fuerza a vencer. Esto pese a un proceso de selección de candidatos escarpado: en un hecho inédito, a Raúl Morón le fue cancelada la posibilidad de ser candidato (su tercera aspiración fallida), en un paquete que incluyó a Félix Salgado Macedonio —también postulado por Morena, pero a la gubernatura de Guerrero. La máxima sanción les fue aplicada por no haber reportado informes de gastos de precampaña, decisión en la que coincidieron la mayoría tanto de los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) como de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Con un mes de campaña de desventaja, Morena optó por Alfredo Ramírez Bedolla como su abanderado emergente a la gubernatura. Ha acompañado a López Obrador desde que gobernó la Ciudad de México (1997); lo siguió también cuando renunció al PRD. En 2015 compitió, bajo las siglas de Morena, por la alcaldía de Morelia; en este 2021 habría sido su segundo intento —fue también sancionado por el INE por no presentar gastos de precampaña—, pero la cancelación de la candidatura de Morón le permite aspirar, ahora, a presidir el Poder Ejecutivo del estado.
Para enfrentar a la coalición Juntos Haremos Historia —conformada por Morena y el Partido del Trabajo (PT)— y preservar el último bastión perredista, el Equipo por Michoacán (PAN, PRI y PRD) ha optado por Carlos Herrera Tello. Se trata de un empresario que se decidió a participar en la vida política y se convirtió en presidente municipal de Zitácuaro, cargo para el que fue reelecto en 2018. No concluiría su periodo, pues fue llamado por el gobernador Aureoles en 2019 para encabezar la Secretaría de Gobierno. Renunció a mediados de noviembre del año pasado en calidad de aspirante a la gubernatura. Ya como candidato, marca cierta distancia al opinar sobre la administración de Aureoles: “No voy a sudar calenturas ajenas”.
El reto de Herrera y sus aliados se encuentra en sostener el esfuerzo mayúsculo que hacen las estructuras del PAN, PRI y PRD por apoyar a los candidatos compartidos en el ámbito de la gubernatura y las diputaciones federales, mientras que en muchos municipios se desangran entre sí: en Jiquilpan, la tierra del general Cárdenas, por dar sólo un ejemplo, los tres partidos van juntos para hacer frente a Morena; en el vecino Sahuayo, PRI y PRD se aliaron y pelean con todo para sacar de la presidencia municipal al PAN. El inconveniente es que deberán trabajar juntos para ganar el distrito federal electoral que comparten y aportar votos en favor de las aspiraciones de Herrera.
Además de Morón, otro candidato a la gubernatura también tuvo problemas con el INE por no reportar sus gastos de precampaña. Aunque en el caso del empresario Abraham Sánchez Martínez, de Redes Sociales Progresistas, el TEPJF ordenó revocar la negación del registro. También cabe mencionar el caso de Fortino Rangel Amézquita, quien buscó convertirse en candidato independiente, pero el Instituto Electoral de Michoacán le negó el registro el 18 de abril de 2021.
Llama la atención el hecho de que Morena aparezca como fuente de algunas candidaturas. Mercedes Calderón García fue electa presidenta municipal de Pátzcuaro en 2018, postulada por Morena y el PT; ahora busca la gubernatura por Movimiento Ciudadano. Cristóbal Arias Solís, por otro lado, buscará por tercera vez encabezar el Ejecutivo estatal. Las anteriores ocasiones lo había hecho como abanderado del PRD (1994 y 1995), ahora es respaldado por Fuerza por México. Pasó de militar en Morena a este partido que busca su registro una vez que la dirigencia nacional, encabezada por Mario Delgado, asignara en primera instancia la candidatura a Morón, a través del método de encuesta.
La situación de violencia que se vive en esta entidad federativa del occidente del país tenía que verse reflejada en el proceso electoral de este año. El Partido Encuentro Solidario, que pretende también lograr su registro, decidió postular a Hipólito Mora Chávez como su candidato a gobernador. Se trata de un productor de limón y uno de los fundadores de los grupos de autodefensas que hicieron su aparición pública en febrero de 2013 en los municipios de Tepalcatepec y Buenavista para encarar al grupo delictivo conocido como Los Caballeros Templarios.
Completa la lista de candidatos Juan Antonio Magaña De La Mora, nacido en Apatzingán y quien hasta el 5 de enero se desempeñaba como magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Solicitó licencia por cinco meses, la cual le fue aprobada por el Congreso local, para buscar convertirse en gobernador por el Partido Verde.
El abanico de candidatos que se ofrece a los michoacanos refleja mucho de sus dificultades y anhelos: sólo una mujer, un autodefensa comunitario, un empresario y un emergente; otro al que casi se le cancela su registro, uno más compite por tercera vez por la gubernatura; un magistrado y un independiente fallido.
Es mucho lo andado hasta ahora y pareciera que grupos otrora relegados tendrían el respaldo suficiente para encabezar una cuarta alternancia —habría que ver si también transformación— en Michoacán. Sin embargo, se trata de una pugna entre dos proyectos y será necesario esperar para conocer cuál será el camino por el que finalmente decidan transitar las michoacanas y los michoacanos.
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Javier Rosiles Salas
Profesor-investigador en la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo