El estado de Querétaro, con una lista nominal que representa el 1.85 %1 del listado nacional, elegirá el próximo 6 de junio cinco diputaciones federales y 228 cargos de nivel local: la gubernatura, quince diputaciones de mayoría relativa, diez diputaciones de representación proporcional, dieciocho presidencias municipales, 148 regidurías y 36 sindicaturas.
Once partidos buscan convencer al electorado queretano; tres —Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y el Partido Encuentro Solidario— son nuevos y cuentan con registro nacional. El Partido Querétaro Independiente tiene registro local y ésta será su segunda aparición en las boletas. En lo que toca a candidaturas independientes, fueron catorce las solicitudes que lograron cumplir con los complicados requisitos de registro. Doce de ellas son de nivel municipal y dos buscan una curul local.
Respecto a los temas de género, la normatividad electoral local restringe que los partidos designen únicamente candidaturas femeninas en los ayuntamientos y en los distritos locales en donde han tenido menor votación.2 Para el nivel estatal, la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que obligó a los partidos a designar al menos a siete candidatas en las quince elecciones estatales de este año, resultó en que siete partidos políticos presentaron candidaturas femeninas. Sin embargo, en un Querétaro “azul”, no deja de levantar sospecha que los partidos de oposición se hayan decantado por candidatas, mientras que la candidatura del PAN se haya mantenido masculina.
Acción Nacional: mantener la inercia de los años recientes
Desde que el panista Ignacio Loyola Vera ganó la gubernatura en 1997 —quien hoy está de vuelta en la arena electoral como candidato al tercer distrito federal—, Acción Nacional ha tenido un peso notable en el estado y especialmente en la capital. Tres de los cuatro sexenios más recientes los ha ganado el PAN y solamente uno el PRI; en el ayuntamiento, los partidos parten de que siete de las últimas ocho elecciones han sido ganadas por candidatos panistas, mientras que el PRI sólo ha triunfado en 2012 con Roberto Loyola Vera, hermano del primer gobernador panista en la entidad.
En las contiendas locales, la variable de los gobernadores afecta en algún grado los resultados, y para el caso queretano, la figura de Francisco Domínguez sin duda tendrá incidencia en los resultados del 6 de junio. Según algunas encuestas de aprobación, el gobernador queretano se mantiene en la segunda o tercera posición entre los gobernadores mejor evaluados.3 Para Domínguez, quien mantiene una carrera de cargos políticos desde hace quince años, el gobierno estatal representa el cierre de un periodo de triunfos electorales, no exento de problemas y controversias. El recorrido ininterrumpido de Francisco Domínguez le ha permitido tener relaciones políticas con cuatro presidentes del país de tres partidos diferentes: con Vicente Fox y Felipe Calderón como diputado; con Peña Nieto, primero como senador y posteriormente como gobernador; y con el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, en sus últimos años de gobierno.
Mauricio Kuri, el candidato del PAN —y también del partido local de derecha, Querétaro Independiente—, busca tomar la batuta para dirigir al estado y las encuestas lo ponen al frente de la carrera electoral. Kuri ha tenido su principal quehacer en el sector empresarial; en su incursión en la arena política, ya fue presidente municipal de Corregidora —uno de los municipios que forman parte de la zona metropolitana de Querétaro— y actualmente es senador con licencia.
El excoordinador de los senadores panistas llega a esta elección asistido por la inercia partidista local y del actual gobernador. Sin embargo, también le acompañan algunos señalamientos, como la sugerida relación con Juan Collado y la empresa Libertad Servicios Financieros (Caja Libertad), de la que fue consejero y que le fueron recordados en los debates recientes.
¿Habrá “cuarta transformación” en Querétaro?
El partido del presidente López Obrador surgió con una presencia discreta en Querétaro en la elección de 2015, aunque con mayor fuerza que la obtenida históricamente por el PRD y el PT. Sin embargo, fue a partir de 2018 que Morena comenzó a conquistar algunos espacios locales.
Los resultados de la elección presidencial en Querétaro fueron un triunfo para Morena, no sólo porque la mayoría votó por el actual presidente en un estado típicamente panista, sino porque, además, el triunfo fue en la entidad de la que es originario Ricardo Anaya, su entonces contrincante. Para sorpresa de morenistas y queretanos, el presidente López Obrador obtuvo en la entidad una diferencia a favor de 7.46 %, equivalente a 76 500 votos más que su oponente.
La elección de 2018 significó la aparición local de Morena con el triunfo en dos distritos capitalinos que históricamente han sido panistas. A nivel municipal, Morena no tuvo mucho éxito si se considera que solo ganó uno de los dieciocho municipios queretanos, aunque su candidato Adolfo Ríos estuvo muy cerca de ganar el municipio de Querétaro. Dicen que el tiempo cura las heridas, y las del entonces candidato morenista sanaron rápidamente, pues hoy apoya las candidaturas de los panistas Kuri y su excontrincante, Luis Bernardo Nava.
Para la gubernatura del estado, Morena espera que sea la exmagistrada del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro, Celia Maya García, quien lleve la “cuarta transformación” a la entidad. La doctora en Derecho es una mujer de confianza para el presidente López Obrador, pues fue una de las personas que propuso en la terna para ocupar el cargo de ministra en la Suprema Corte de la Nación en 2018. La elección de este año no será la primera para la candidata. En 2003, Celia Maya abanderó al PRD, y en 2015 a Morena, ambas por la gubernatura; además, en 2012 también contendió por un escaño del Senado.
Los resultados que la candidata ha obtenido en elecciones pasadas contrastan con los que las encuestas presagian para ella en la elección de este año. En 2003 y 2015 obtuvo un 6.6 % y 5.6 %, respectivamente; ahora, la mayoría de las encuestas la colocan en segundo lugar, con un promedio en la intención de voto del 28.15 %.
Independientemente de quién gane la elección, lo cierto es que los resultados serán históricos para la izquierda en la entidad. Incluso, a las bases morenistas les quedará la incógnita acerca de si sus resultados pudieron haber sido mayores. Por un lado, parece ser que la figura del presidente no aporta en la contienda local, pues una encuesta reciente de El Financiero señala que la ciudadanía de Querétaro y de Nuevo León no aprueba su gestión. Por otro lado, la candidata ha tenido que resistir un poco de “fuego amigo”, al grado que Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, tuvo que “regañar” en una videollamada que corrió en las redes sociales al dirigente estatal, Ángel Balderas, para evitar que fuese él mismo el principal obstáculo del movimiento en la entidad.
Morena tendrá que analizar al menos otro par de incógnitas. Primero, el alcance que pudiese haber tenido el partido de haber elegido a alguno de los dos nombres que más “sonaban” en la entidad: por un lado, Gilberto Herrera, el exrector de la Universidad Autónoma de Querétaro y actual ‘súper delegado’; por otro, Santiago Nieto, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). La segunda incógnita será resuelta después de las elecciones y deberá valorarse si afectó no haber concretado la alianza con el Partido del Trabajo (PT).
La contienda por la capital
En la elección municipal de Querétaro, el orden de las preferencias electorales se repite. El panista Luis Bernardo Nava, quien busca la reelección en el municipio, parece ir por delante del expanista Arturo Maximiliano, quien encontró en Morena la candidatura que anteriormente se le negó en Acción Nacional.
Luis Bernardo Nava busca extender su gestión en el ayuntamiento sin mucha claridad de haber cumplido con sus dos principales propuestas de campaña: el doble de seguridad y la mitad de tráfico. Algunos datos dan cuenta del pendiente en materia de seguridad; por ejemplo, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, Querétaro se ubica en el lugar número veinte dentro de los cien municipios con mayor cantidad de presuntos delitos de feminicidio entre enero y abril de este año.4 Asimismo, el secretario de la Defensa Nacional ha reportado que el municipio de Querétaro es uno de los que presentan mayor índice delictivo.5
En cuanto al tráfico, la reducción experimentada parece ser más una consecuencia de la reclusión que impuso la pandemia, que de las políticas del gobierno municipal. En una ciudad con un desorganizado transporte público, el presidente municipal se mostró reacio a instalar ciclovías emergentes durante la pandemia, además de que sus políticas e inversiones en infraestructura han privilegiado más al auto que al peatón o a las personas que se transportan en bicicleta.
Morena, por su parte, llega motivado por la pelea que dio en 2018, pues la contienda resultó prácticamente en un empate con el PAN y requirió la intervención de la autoridad electoral para determinar como ganador al candidato panista.
En este 2021, Morena se presenta con un candidato de “sangre azul”, el expanista Arturo Maximiliano, quien fue coordinador de campaña de Mauricio Kuri en elecciones anteriores. La apuesta está, quizá, en la fractura del panismo en la capital. Sin embargo, su designación como candidato, que no cayó muy bien en Morena —ni entre los panistas—, así como el alejamiento del panismo que le impuso su actividad como notario, hacen dudar de la estrategia. A pesar de ello, a Maximiliano le separan unos puntos en las encuestas que tienden a sacar el peso de los indefinidos: un porcentaje clave que puede hacer fallar las apuestas.
Lo importante no es ganar
En el contexto político queretano, muchos y muchas han entendido que deben moverse para “salir en la foto”. La presencia de los nuevos partidos y algunas de las candidaturas independientes parecen más una reacción de quienes no encontraron espacios en sus partidos anteriores, que verdaderas nuevas alternativas políticas. La fragmentación del PRI en la entidad, por ejemplo, ha lanzado a muchas personas a encontrar espacio en las candidaturas del partido Fuerza por México o en Movimiento Ciudadano; varios expanistas están hoy con el partido Querétaro Independiente o el Partido Verde. Así que, para el resto de los partidos, la lucha electoral tiene como misión conquistar “el 3 %” y mantener su registro.
El PRI, que antes de los años 2000 dominaba el estado, llega a una elección sin la disciplina que tanto se le reconocía. Tanto en la elección por la gubernatura como en la de la capital, ocupa el tercer puesto en las encuestas. Abigaíl Arredondo, una candidata queretana joven pero con experiencia y proveniente de las filas priistas, busca la gubernatura y ha centrado buena parte de su campaña en la problemática urbana y de la zona rural. Es un trabajo que no desconoce, pues desde su actividad legislativa ha buscado modernizar el código urbano, por ejemplo.
Por su parte, el PRI busca el gobierno municipal con la candidatura de la diputada federal María Alemán, con una estrategia en al menos dos sentidos. Por un lado, ha cuestionado el cumplimiento de las promesas de campaña del actual alcalde; por otro, ha lanzado una plataforma con enfoque urbano y de movilidad que intenta recoger algo del diagnóstico Q500, una estrategia de territorialización elaborada por la ONU-Habitat que ha sido olvidada por todos los alcaldes de la zona metropolitana.
Sólo el 6 de junio lo dirá
Las contiendas en Querétaro vienen creciendo en el número de jugadores y esta elección será todavía mayor. En un estado tradicionalmente conservador,6 la decisión que tome el electorado confirmará si la variada oferta partidista es expresión de la diversidad, complejidad y dinamismo de la sociedad queretana o, por el contrario, el electorado castigará la fragmentación y la resiliencia político-ideológica de muchas de las candidaturas.
La elección del 6 de junio también confirmará si, en la política queretana, la variable nacional tiene el peso con el que parece incidir en otros estados o simplemente es una contienda que se juega en lo local. Si Morena retiene o aumenta los espacios hasta ahora conquistados, podrá comenzar a verse como un nuevo jugador y podrá analizarse la correlación entre el gobierno de López Obrador y los resultados de los morenistas en Querétaro.
Independientemente de quien gane el 6 de junio, lo cierto es que la ciudadanía de la entidad y de la capital requiere gobiernos y políticas públicas efectivas para equilibrar los aspectos socioeconómicos de un estado que ha mostrado avances, pero a destiempo.7 Especialmente, la elección permitirá analizar si la ciudadanía comienza a utilizar la reelección como uno de los mecanismos con los que cuenta para evaluar y pedir cuentas a la clase política local.
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Matías G. Durán Quintanar
Profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro
1 El padrón nominal es del estado de Querétaro es de 1 740 055.
2 Lineamientos para garantizar el cumplimiento del principio de paridad de género en el registro y asignación de candidaturas en el proceso electoral local 2020-2021 en el estado de Querétaro.
3 Mitofsky, Aprobación de Autoridades, abril de 2021.
5 El Economista, 19 de agosto de 2020.
6 Al momento en que se redacta el presente documento, el candidato a la alcaldía municipal de Querétaro por el Partido del Trabajo, Waltter López, presenta una denuncia ante el Instituto Electoral del Estado de Querétaro y la fiscalía, debido a las agresiones sufridas en su domicilio por parte de personas homofóbicas en la ciudad.
7 Los datos del índice de marginación del Consejo Nacional de Población (Conapo), muestra que de 2470 municipios en el país, el municipio queretano con más alta marginación ocupa el lugar 521 mientras que al mismo tiempo, el municipio con menor marginación se encuentra en el lugar 2461. Además, la población ocupada que ingresa hasta 2 salarios mínimos en 14 de los 18 municipios está por encima de la media nacional.