En campaña prometieron no subir impuestos. Tres años después, en diciembre de 2021, se aprobó en la Ciudad de México un impuesto de 2% a apps de reparto, poco después de haber aprobado un impuesto de 1.5% a cada viaje que se realice en apps como Uber y Didi. El gobierno de la Ciudad de México declaró que estos impuestos no afectarán a los consumidores porque son impuestos a la producción. Ante la lluvia de críticas respondió con un “tranquilizador” (por favor léase con sarcasmo y enojo) argumento: “Se estableció que el nuevo impuesto es intransferible … ”.
Por ignorancia o con el fin de engañar, el gobierno de la Ciudad de México nos insiste que estos impuestos los pagarán las empresas, no los consumidores. Pero no es así. En este artículo explico por qué un impuesto a la producción nos afecta a los consumidores exactamente igual que un impuesto al consumo.
Imaginemos un impuesto de 2% al consumo de un bien. Los consumidores no necesariamente pagaremos un precio 2% mayor ya que los vendedores pueden notar que, con ese aumento en el precio, perderían demasiadas ventas. En tal caso, prefieren absorber parte del impuesto de manera que el impuesto al consumo es pagado en parte por los consumidores y en parte por los productores.
Ahora veamos qué ocurre con un impuesto a la producción. Imagine que usted tiene un negocio, el gobierno le avisa que deberá pagar un nuevo impuesto de 2%. Usted sabe que este impuesto subirá sus costos, la reacción natural es considerar subir el precio de venta de manera que sus clientes paguen parte de este impuesto. Así, los productores transfieren parte del impuesto a los consumidores.
Quienes gustan del análisis gráfico, pueden comparar el impuesto al consumo con el impuesto a la producción en las siguientes dos gráficas para mercados competitivos. Como se observa, independientemente de a quién se dirige el impuesto, la incidencia sobre los consumidores y productores es la misma.
El mercado de las apps no es competitivo porque son pocas empresas las que ofrecen dicho servicio, pero como se explicará más adelante, el poder de mercado que tienen estas empresas que no enfrentan mucha competencia le facilita transferir el costo del impuesto al consumidor. Entonces, el argumento de que la medida no afectará a los consumidores porque son impuestos a los PRODUCTORES y que se estableció que el impuesto es intransferible, simplemente es una mentira.
La pregunta entonces es: ¿cuánto pagaremos los consumidores? La incidencia de un impuesto sobre los consumidores depende de varios factores. En esta entrega nos concentraremos en uno de los factores más relevantes: qué tan elástica es la demanda.
Con el impuesto a la producción, sabemos que las empresas buscarán subir el precio del bien. Supongamos primero que existen muchas empresas que ofrecen este bien, o bienes similares, de manera que los consumidores podemos comprar a quien nos ofrezca mejor precio o mejor servicio, es decir, podemos sustituirlo fácilmente. En este caso, si las empresas suben el precio perderían muchas ventas. Cuando la cantidad demandada por los clientes cae en mayor proporción de lo que sube el precio de venta, decimos que la demanda es elástica o que el bien tiene una elasticidad de demanda alta. En este caso, los vendedores no subirán tanto el precio para evitar perder ventas y ellos absorberán una mayor parte del impuesto.
Supongamos ahora que existen pocas empresas que ofrecen el bien o servicio al que se le establece el impuesto. Si las empresas aumentan el precio, los consumidores no tenemos la posibilidad de sustituirlo fácilmente por lo que la cantidad que demandamos disminuye poco en comparación con el aumento en el precio, es decir, la demanda es inelástica. En este caso, los productores pueden transferir gran parte, o la totalidad, del impuesto a sus clientes. -Tal es el caso del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se aplica a bienes como la gasolina, los refrescos, el tabaco; también es el caso de los nuevos impuestos a las apps de reparto y de transporte privado-.
En las siguientes gráficas se puede comparar la incidencia sobre el consumidor en un mercado competitivo dependiendo de la elasticidad de la demanda. El segundo panel muestra que, cuando los productores enfrentan una demanda inelástica pueden transferir gran parte del impuesto a sus clientes ya que ellos no podrán sustituir el bien o servicio fácilmente.
El análisis gráfico para mercados no competitivos, como es el caso de las apps de reparto y de transporte privado, resulta más complejo, pero los resultados son similares; incluso, el poder monopólico que tienen las pocas empresas existentes hace que la incidencia de los impuestos sobre los consumidores sea todavía mayor.
Así, tanto los nuevos impuestos a apps como el aumento en el IEPS serán pagados en gran parte, y quizá en su totalidad, por los consumidores. Entonces, ¿por qué nos dicen que los consumidores no nos veremos afectados? Hay dos opciones:
- En el gobierno federal y en el gobierno de la Ciudad de México entienden que estos impuestos afectarán a los consumidores y, sin embargo, buscan deliberadamente engañar.
- No lo entienden.
La pregunta es: ¿cuál de las dos opciones es peor?
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* Bárbara Carrillo Flores es Ingeniera en Computación, Licenciada en Economía y Maestra en Economía por el ITAM, y deportista de alto rendimiento. Desde 1992 es profesora de Economía.