Diversos reportes alertan sobre el bajo nivel de productividad de las PYMES mexicanas, que en promedio es menor que el de las grandes empresas. De acuerdo con un informe de 2016 de la Secretaría de Economía, durante un periodo de 30 años hasta entonces, la productividad total en la economía mexicana disminuyó a una tasa promedio anual de 0.7 por ciento. El mismo informe destaca que mientras la productividad de las grandes empresas modernas creció, las empresas tradicionales disminuyeron su productividad.
Entre otros factores, el grado de uso de las nuevas tecnologías afecta particularmente la productividad, y la OCDE reportó un retraso en la adopción de tecnologías digitales por parte de las PYMES mexicanas, con niveles por debajo del promedio de los países de dicha organización internacional. 1 2 3 Sin embargo, en términos de competitividad, México ocupó el segundo lugar en América Latina y el 60 en el informe Doing Business 2020 del Banco Mundial, que analiza la evolución de la regulación que fomenta la eficiencia y apoya la libertad y la facilidad para hacer negocios en 190 economías. 4
La realidad de la mayoría de las PYMES en México, de manera similar a la de otros países en desarrollo, es que el déficit de adopción tecnológica y de gestión representa una barrera importante para su supervivencia. De acuerdo con el Centro de Desarrollo Empresarial y Competitividad, sólo el 25 por ciento de las PYMES mexicanas sobreviven los primeros dos años de creación. Esos ciclos de vida cortos, las bajas tasas de supervivencia y los bajos niveles de productividad contribuyen a la exclusión de muchas PYMES de las fuentes de financiamiento tradicionales. 5
Las grandes disparidades entre las empresas mexicanas en relación con su tamaño aparecen al evaluar las condiciones de las empresas para acceder a fuentes apropiadas de financiamiento. Si bien las PYMES mexicanas juegan un papel importante en el impulso de la economía del país, ya que emplean al 30.6 por ciento de la fuerza laboral del país y constituyen el 38.0 por ciento de los ingresos de todas las empresas, la mayoría reporta una falta de acceso a soluciones de financiamiento competitivas como un obstáculo importante para crecer. Lo mismo experimentan las microempresas. 6
La Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés) del Banco Mundial reportó en 2017 una brecha financiera estimada para las MIPYMES en México cercana a los US$164 mil millones, lo que representa aproximadamente el 14 por ciento del PIB del país. La brecha financiera limita el surgimiento de nuevas empresas y frena las inversiones que podrían resultar en ganancias de productividad para las empresas establecidas. Cerrar la brecha financiera es crucial para apoyar el crecimiento sostenible y la competitividad de las PYMES mexicanas y fortalecer su resiliencia a medida que el país sale gradualmente de la crisis de COVID-19. 7
Las dificultades que experimentan las PYMES para acceder al financiamiento se producen en cada etapa de su ciclo de vida. De acuerdo con la Encuesta de Productividad y Competitividad PYME 2018 del INEGI, el 76.8 por ciento de las PYMES mexicanas no tiene acceso al financiamiento. Las barreras estructurales siempre han estado presentes en México y aún resultaron difíciles de superar en 2021, a pesar de los avances logrados en los últimos años en términos de hacer que el marco institucional y regulatorio sea más inclusivo. Entre otras barreras, la falta de garantías que deben proporcionarse a los financiadores, y en particular la ausencia de propiedad de la tierra, es uno de los desafíos clave que limitan a las PYMES a acceder a las fuentes de financiamiento. 8
Como el sector financiero mexicano es reticente a prestar a empresas que no pueden asegurar y proporcionar garantías adecuadas, una gran proporción de las PYMES están excluidas de la obtención de préstamos tradicionales o se les ofrece financiamiento a altas tasas de interés. Además, los fuertes obstáculos al mercado, como la calidad de los datos financieros, las asimetrías de información entre las PYMES y las instituciones financieras, así como el aumento de los costos de transacción y endeudamiento, contribuyen a ampliar el déficit de financiamiento de las PYMES.
La Encuesta PYME INEGI 2018 también informa que aun cuando se ponen a disposición de las PYMES soluciones de financiamiento, las altas tasas de interés que se les ofrecen las disuaden de aceptar los préstamos. Según la misma encuesta, seis de cada diez PYMES no aceptaron los préstamos ofrecidos en 2018, y el 50.5 por ciento de ellas consideró que era demasiado caro.
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* Alexis Milo Caraza (@alexismilo) es socio fundador de Telekonomics S.C. y Experto México, ¿cómo vamos?. Previamente, fue Economista en Jefe y Director de Análisis en HSBC México y ha laborado en la Comisión Federal de Telecomunicaciones, la Presidencia de la República, la SHCP y Banxico.
2 El informe cita información en Una historia de dos México: Crecimiento y prosperidad en una economía de dos velocidades, McKinsey Global Institute, 2014
4 Doing Business 2020, Banco Mundial, octubre de 2019.
6 Censos Económicos 2019 – Resultados Oportunos, INEGI, 2020