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El mercado laboral en el sexenio

  • Si bien el final de este sexenio encuentra al mercado laboral mexicano experimentando un periodo de robustez en términos de ocupación, también lo encuentra sujeto a las mismas características estructurales existentes al inicio del periodo.
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FOTO: CRISANTA ESPINOSA AGUILAR /CUARTOSCURO.COM

En este breve texto quiero aprovechar el final del sexenio para hablar sobre lo que ha ocurrido en el mercado laboral en términos de empleo en los últimos seis años. Para esa exploración, me gustaría centrarme en lo ocurrido con la fuerza laboral potencial. La fuerza laboral potencial es el conjunto de personas que desean y pueden participar en el mercado laboral 1 y la podemos dividir en tres grandes subconjuntos: quienes se encuentran ocupados en el número de horas que desean estar ocupados, quienes se encuentran ocupados un menor número de horas del que desearían y quienes no se encuentran ocupados. A lo largo de todo el sexenio la fuerza de trabajo potencial osciló entre 65 y 67 por ciento de la población con 15 años y más, 2 siendo este el rango de valores en el que ha oscilado este indicador a lo largo de todo el siglo XXI.

Enfocarnos en la evolución de la fuerza laboral potencial nos permite observar los cambios en el grado y tipo de ocupación en la población. Bajo esta lógica es que está construido el indicador más amplio de desempleo con el que contamos: la brecha laboral. La brecha laboral es la proporción que de la fuerza de trabajo potencial representa la suma de las personas que no se encuentran ocupadas, pero les gustaría estarlo y de aquellas que les gustaría estar ocupadas más horas de las que están. 3 La gráfica 1 muestra como evolucionó la composición de la fuerza laboral potencial del primer trimestre de 2018 al primer trimestre de 2024. En la gráfica, la brecha laboral es la suma de las áreas de color naranja, amarillo, verde y negro.

En el primer trimestre de 2019, el inicio del sexenio, la brecha laboral tenía un valor de 18 % de la fuerza laboral potencial, mientras que en el primer trimestre de 2024 el indicador tenía un valor de 16 %. La reducción en la brecha laboral fue resultado de una reducción en la población disponible para trabajar y en los desocupados abiertos, es decir, quienes buscaban ocuparse lo lograron. Vale la pena señalar que esto no fue acompañado por un incremento en la proporción de personas subocupadas, lo que sugiere que la inserción laboral de los ocupados fue en el número de horas que buscaban trabajar.

Dadas las características del mercado laboral mexicano, vale la pena preguntarse si ese decrecimiento en la brecha laboral no estuvo acompañado por un incremento en la proporción que de la fuerza laboral potencial representaron los empleos informales. Es decir, si no se trata de un proceso de reducción en el desempleo vía un incremento en los empleos vulnerables. Esto parece no haber sido el caso, pues como proporción de la fuerza de trabajo potencial los empleos formales pasaron de representar el 36 % en el primer trimestre de 2019 a representar 40 % en el primer trimestre de 2024. Esta proporción es representada por el área de color rojo en la gráfica 1. De igual forma, los empleos informales representaron alrededor de 45 % de la fuerza de trabajo potencial a lo largo de todo el periodo. Es decir, los nuevos ocupados a lo largo de todo el sexenio parecen haberse incorporado, primordialmente, a empleos formales. Un indicador más tradicional sobre la preponderancia del empleo informal en la economía, la tasa de informalidad laboral en la economía pasó de 56.7 % a 54.6 % de la población de más de 15 años, apuntando en la misma dirección que la composición de la fuerza laboral potencial.

Si bien este incremento en la proporción de la fuerza laboral potencial ocupada en el sector formal es algo bueno, está lejos de ser de una magnitud tal que permita echar las campanas al vuelo. Una de las posibles razones por las que las ganancias en términos de formalización de la economía no fueron mayores se puede ver si en lugar de comparar sólo la fotografía del inicio y la del final del sexenio vemos todo lo sucedido en ese periodo. En particular, lo ocurrido durante la pandemia.

Para empezar, es importante notar que hay una interrupción en la información representada en la gráfica 1, dado que la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo no se levantó durante el segundo trimestre de 2020 debido a la cuarentena relacionada a la pandemia de COVID-19. Los efectos de la pandemia van más allá de la captura de interrupción en la captura de información sobre el mercado laboral mexicano: el choque llevó a la brecha laboral de 20 % de la fuerza laboral potencial en el primer trimestre de 2020 a un 34 % durante el tercer trimestre del mismo año. Este es el valor máximo histórico de este indicador, superando el 25% registrado a raíz de la Crisis Financiera Global de 2009. La brecha laboral sólo regresó a su valor prepandémico en el tercer trimestre de 2022, dos años después de haber alcanzado su máximo histórico. Y si bien la pérdida de empleos informales como proporción de la fuerza laboral potencial fue mayor que la de empleos formales, la recuperación de ambos tomó casi el mismo tiempo: dos años. Ambos son indicadores de lo lenta que fue la recuperación de la economía mexicana tras la pandemia. Vale la pena recalcar que no tuvo que ser así, sino que se trató de una elección de política económica al optar por la austeridad en ese momento crucial.

Si bien el final de este sexenio encuentra al mercado laboral mexicano experimentando un periodo de robustez en términos de ocupación, también lo encuentra sujeto a las mismas características estructurales existentes al inicio del periodo. Que la siguiente administración federal tome en cuenta esa ambivalencia en la situación actual del mercado laboral es fundamental si se buscan políticas que permitan a las tendencias positivas continuar.

Te invitamos a leer este artículo en Animal Político.

* Luis Monroy-Gomez-Franco (@MGF91) es profesor asistente en el Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, Amherst. Doctor en Economía por The Graduate Center of the City University of New York. Forma parte del grupo de Expertos México, ¿cómo vamos?

1 En términos de los conceptos convencionales para el análisis del mercado laboral, la fuerza laboral potencial es la suma de la población ocupada, la población desocupada (quien no tiene empleo pero está activamente buscando uno) y la población disponible para trabajar (aquella que no tiene empleo, no buscó activamente empleo pero que está disponible para emplearse de presentarse la oportunidad).

2 La edad mínima para trabajar en México es de 15 años.

3 Formalmente esto es la suma de las personas que se encuentran fuera del mercado laboral pero que desean participar en él, las personas subocupadas (es decir, que trabajan menos horas de las que desean) y las personas en desocupación abierta.

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