La semana pasada se celebró el Mexico Drive Forward Summit 2024, un foro organizado por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) sobre la transformación del sector automotriz, las mejores prácticas y tecnologías en favor del crecimiento y desarrollo de México. En el primer panel, “La Industria Automotriz: Motor de México”, Graciela Márquez Colín, directora del INEGI, destacó que las mujeres representan 37 % de la fuerza laboral en la industria automotriz. Por esto, vale la pena analizar uno de los sectores más importantes de la economía mexicana, con énfasis en la participación de las mujeres.
Las industrias manufactureras son el sector más importante de nuestra economía; representan 21.52 % del PIB nacional, emplean al 16 % de la población ocupada y son el sector con mayor peso en la economía estatal de 20 entidades del país. Este sector está conformado por 21 subsectores, en donde la industria automotriz está acotada a un conjunto de ellos. 1 Esta industria representa 21.7 % del PIB manufacturero y 4.7 % del PIB nacional. Además, de acuerdo con la AMIA, tienen 1 millón de empleos directos y 3.5 de empleos indirectos.
Según la publicación “Los hombres y las mujeres en las actividades económicas”, realizada por el INEGI con información del Censo económico 2019, del total de personal ocupado en las manufacturas, 36.9 % corresponde a las mujeres, donde su participación sobresale en los subsectores de fabricación de productos textiles (62 %) y fabricación de prendas de vestir (57 %). Sin embargo, en el subsector fabricación de equipo de transporte, únicamente 37 % del personal ocupado son mujeres.
Aunque la brecha en la participación de hombres y mujeres en las manufacturas sigue siendo amplia, se ha reducido en los últimos años. En el Censo Económico de 1999, la diferencia por sexo era de 32.6 puntos porcentuales (pp), mientras que para 2019 la brecha disminuyó a 26.2 pp. Sin embargo, la participación de las mujeres en las manufacturas no ha seguido un patrón constante de crecimiento; en los censos económicos de 2009 y 2014 se registraron disminuciones.
Incrementar la participación de las mujeres en este importante sector requiere reconocer la necesidad de fomentar la participación de las mujeres en carreras STEM, además de atender las barreras que las mujeres enfrentan para insertarse en el mercado laboral y mantener una carrera en estos sectores.
En México, menos de 1 de cada 3 graduados en STEM es mujer. Como resultado, las mujeres profesionistas tienen menor presencia en áreas como ingeniería, manufactura, tecnologías de la información, entre otras. De acuerdo con el Observatorio laboral, con datos al primer trimestre de 2024, las carreras con mayor porcentaje de mujeres profesionistas ocupadas son formación docente para educación básica, nivel preescolar, servicios de belleza y formación docente en otros servicios educativos, donde la participación de las mujeres es superior al 88 %. Por el contrario, las carreras con menor porcentaje de mujeres profesionistas ocupadas son electrónica y tecnología de telecomunicaciones, electricidad y generación de energía e ingeniería de vehículos de motor, barcos y aeronaves, donde la participación de las mujeres es menor al 8 %.
Entre las barreras para la participación de las mujeres en STEM se encuentran los estereotipos de género y los obstáculos en el avance profesional. Por ejemplo, el dilema entre la familia o la ciencia desanima a las jóvenes a ingresar a carreras científicas y contribuye a una deserción temprana. Además, la carga de trabajo no remunerado representa una barrera para el ingreso al mercado laboral y un obstáculo para el desarrollo y la continuidad de su trayectoria profesional. En México, las mujeres dedican 42 horas a la semana a tareas del hogar y de cuidados no remunerados, mientras que los hombres solo dedican 18 horas a la semana.
Atraer a más mujeres a las carreras STEM requiere intervenciones desde la educación inicial, como atender los sesgos de género en los materiales de aprendizaje y en los métodos de enseñanza, además de presentar modelos femeninos destacados en estas áreas para inspirar y cerrar la brecha de creencias. Aunado a lo anterior, retener a las mujeres en este campo exige la implementación de prácticas y políticas laborales que respondan a las necesidades de las mujeres, fomentando su permanencia en las profesiones STEM. En este aspecto, incrementar la participación de las mujeres en la economía y en cualquier sector productivo requiere el establecimiento de un Sistema Nacional de Cuidados.
En suma, incrementar la participación de las mujeres en sectores clave como la industria requiere aumentar su presencia en carreras STEM y eliminar las barreras que limitan su ingreso y permanencia en estas áreas. Aunque se han logrado avances en la reducción de la brecha de género, la subrepresentación femenina en STEM sigue perpetuando la desigualdad en el acceso a oportunidades económicas y afectando la diversidad en la industria. Atender estos retos requiere intervenciones desde la educación inicial, políticas laborales incluyentes y la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados. La integración de más mujeres no solo enriquecerá la innovación y productividad de las industrias, sino que también impulsará el crecimiento económico y el bienestar del país.
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* Sandra Martínez (@sandrammarpe) es analista en México, ¿cómo vamos?