La región del Valle de México mantiene un desempeño diferenciado en algunos componentes que integran su progreso social. A pesar de que la integración de la región está caracterizada por la centralización del gobierno federal y de instituciones financieras, esto no garantiza un crecimiento económico acelerado y constante, ni mayor progreso social para todas las entidades de manera igualitaria.
Así, se observa una recuperación inequitativa y muy diferenciada en estas seis entidades. Sólo Hidalgo y Morelos han recuperado su nivel económico prepandemia, mientras que la Ciudad de México, el Estado de México, Tlaxcala y Puebla todavía se encuentran rezagados. En relación a lo anterior, destacan los casos de Morelos e Hidalgo, ya que la economía de Morelos en los primeros dos trimestres de 2022 se expandió 7.7 % anual en promedio, y la de Hidalgo 8.9 % anual. Aun así, la Ciudad de México es la única entidad de la región que mantiene un PIB per cápita alto, es decir, mayor o igual a 132 000 pesos.
Si bien estos indicadores brindan un panorama sobre la situación en cada uno de los estados, es importante prestar atención a las mediciones de la calidad de vida de la población y, por ello, analizar cómo van en progreso social. El Índice de Progreso Social se calcula a partir de un rango de indicadores sociales y ambientales que capturan tres dimensiones del progreso social: Necesidades Humanas Básicas, Fundamentos del Bienestar y Oportunidades.
La disparidad observada en crecimiento y recuperación económica también se observa en el progreso social. Dentro de esta región se encuentra la entidad con mejor puntaje a nivel nacional en el Índice de Progreso Social 2021 (Ciudad de México), pero también las entidades en los lugares 14 (Tlaxcala), 20 (Hidalgo), 21 (Estado de México), 23 (Morelos) y 28 (Puebla) de este índice.
¿Cuál es el panorama de la calidad de vida y disponibilidad de servicios en la región? La dimensión de Necesidades Humanas Básicas otorga una primera aproximación a esta interrogante. De 2020 a 2021 sólo Tlaxcala presentó un avance en esta dimensión, mientras que los demás estados presentaron una disminución, siendo Puebla el estado que presentó un mayor retroceso (-9.1 puntos). Dentro de esta dimensión es posible observar mayores rezagos en relación con el componente de Nutrición y cuidados médicos básicos, en el cual las seis entidades mostraron un aumento en su tasa de mortalidad infantil en 2021.
Además, aunque todas las entidades presentaron una ligera mejoría en la percepción de inseguridad en la entidad, en el Valle de México se encuentra el estado que mantiene la peor posición en esta categoría a nivel nacional: el Estado de México. Si bien estos componentes permiten evaluar si las personas pueden satisfacer las condiciones para tener una calidad de vida mínima, también hay que observar cuál es el desempeño en las dimensiones que incrementan el bienestar.
La dimensión de Fundamentos del Bienestar evalúa la calidad de la educación y la información disponible, el acceso a un estilo de vida saludable y a un medio ambiente sano. En el componente de Acceso a conocimientos básicos, sólo la Ciudad de México presentó una mejoría, de 4.6 puntos, mientras que las demás entidades mostraron un retroceso. Esta disminución en el puntaje de las entidades es producto de la caída en la matriculación de educación preescolar, primaria y secundaria.
Ahora bien, es importante resaltar que hubo una mejoría en el componente de Acceso a información y telecomunicaciones en la región, pero también se observan mejoras desiguales en algunos componentes; mientras que en toda la región aumentó el porcentaje de hogares con conexión a internet, en Hidalgo, Estado de México y Tlaxcala hubo una disminución de hogares con computadora, y aumentó la tasa de agresión a periodistas por cada 10 000 habitantes en los seis estados.
Esta última observación es preocupante, ya que en 2020 la tasa más alta de agresión a periodistas en el Valle de México era 0.03, observada en la Ciudad de México, y para 2021 aumentó a 0.89. Es decir, ¡en un año la tasa de agresión a periodistas en la Ciudad de México aumentó 28.6 veces!
Brindar a la sociedad lugares y áreas recreativas donde puedan pasar tiempo de calidad aumenta el bienestar de la población. Si bien se ha observado un incremento en la satisfacción con áreas verdes a nivel nacional desde 2015, este porcentaje apenas representa 40.82 % de la población. Mientras que la Ciudad de México, el Estado de México y Puebla mostraron una mejoría en este porcentaje en 2021, Hidalgo, Morelos y Tlaxcala presentaron una disminución.
¿Cuál ha sido el desempeño de los componentes que permiten lograr mayor desarrollo personal y profesional en la región? Con base en la dimensión Oportunidades es posible observar que sólo Puebla presentó una mejoría en esta dimensión, mientras que las demás entidades mostraron disminuciones en su puntaje entre 2020 y 2021. Aun así, la Ciudad de México mantiene la mejor posición en Oportunidades a nivel nacional, mientras que Puebla se encuentra en la posición 18.
En el caso de Acceso a educación superior, la centralización de la educación en la Ciudad de México tiene como resultado que se ubique en la mejor posición a nivel nacional, con un puntaje de 96.3 en este subcomponente, mientras que en el Valle de México, Puebla ocupa el segundo lugar; sin embargo, ¡la diferencia entre la Ciudad de México y Puebla es de 41.2 puntos!
La confianza en las instituciones mantiene un papel importante en el bienestar social. A nivel nacional, la percepción de corrupción en instituciones que imparten justicia como porcentaje de la población es de 67.62%, mientras que en el Valle de México el promedio se ubica en 70.88%, por lo que, en comparación con el nivel nacional, la percepción de corrupción en instituciones que imparten justicia en el Valle de México es mayor. Únicamente Tlaxcala presenta un mejor desempeño en comparación al nacional (63.51%).
Por lo anterior, podemos apreciar una dinámica en rubros como crecimiento y progreso social diferenciados en el Valle de México. A pesar de ser una región caracterizada por la centralización del gobierno y también de acceso a servicios como educación y transporte, especialmente en la capital del país, estos avances y mejoras no se traducen para el resto de las entidades. Cada una mantiene dinámicas diferenciadas que requieren mayor intervención estatal para subsanar las carencias en componentes que limitan el progreso social. Al final, es importante mirar la dinámica regional en su conjunto, pero no perder de vista que cada estado se mueve a distintos ritmos.
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Sandra Martínez Peña
Licenciada en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el CIDE. Actualmente es investigadora en México, ¿cómo vamos?
Este texto es una colaboración entre México, ¿cómo vamos? y nexos.