- La inversión fija bruta en México inició 2021 con un incremento trimestral, al crecer 5.3% en el 1er trimestre del año respecto al 4º trimestre de 2020, dada la reactivación económica, en particular la de las cadenas productivas con Estados Unidos.
- Sin embargo, a pesar de sumar 3 trimestres consecutivos de crecimiento, en su comparación anual la inversión se contrajo (-)4.9% respecto al mismo periodo del año anterior. Esto muestra que los estragos de la pandemia del Covid-19 en la economía mexicana han afectado más a la inversión que a otros motores de la economía, como el empleo o las exportaciones. Además, la inversión en México carga con estragos que iniciaron antes de la crisis. Con ello, se compromete la calidad de los empleos y la competitividad de la economía mexicana en el mediano y largo plazo.
- La inversión fija bruta en el 1T2020 equivale al al 19.4% del PIB nacional; la inversión pública constituye 2.4% del PIB y la privada 17.1%. Ambas proporciones son las mismas que en el primer trimestre 2020, aunque en el 1T2021 tanto el PIB como la inversión fueron menores que en ese periodo.
- En la comparación trimestral, la inversión privada creció 6.33% y la inversión pública se contrajo (-)1.47% durante los primeros tres meses de 2021. Mientras tanto, en la comparación anual, la inversión privada se contrajo (-)4.8% frente al 1T2020 y la inversión pública mostró mayor debilidad, al contraerse (-)6.1% con respecto al 1T2020.
- La inversión representa un motor fundamental para la economía, ya que permite que las empresas y la actividad económica crezcan, se vuelvan más productivas y generen más empleos para la población.
- En la crisis ocasionada por la pandemia de Covid-19 el gobierno no ha utilizado la inversión como medida contracíclica para la recuperación económica. La inversión pública como porcentaje del PIB se encuentra en sus niveles más bajos para un primer trimestre de año desde 2001. En contraste, en crisis como la de 2008-2009 se observa un fuerte impulso por parte de la inversión del gobierno.
Lo que vas a encontrar en este texto
¿CUÁL FUE EL DESEMPEÑO DE LA INVERSIÓN EN EL PRIMER TRIMESTRE DE 2021?
EL #SEMÁFOROECONÓMICO DE INVERSIÓN
EL PAPEL DE LA INVERSIÓN PÚBLICA Y PRIVADA EN LA ECONOMÍA
#ESCUELA DE ECONOMÍA ¿QUÉ ES LA INVERSIÓN?
¿CÓMO IMPACTA LA INVERSIÓN AL CRECIMIENTO PRESENTE Y FUTURO DE LA ECONOMÍA?
LA INVERSIÓN Y LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA
¿CUÁL FUE EL DESEMPEÑO DE LA INVERSIÓN EN EL PRIMER TRIMESTRE DE 2021?
La inversión fija bruta en México inició 2021 con un incremento trimestral, al crecer 5.3% en el 1er trimestre del año al comparar con el 4º trimestre de 2020; el aumento trimestral fue el tercero consecutivo, e hiló una tendencia de recuperación en el indicador después de la caída trimestral de (-)29.1% en el 2º trimestre de 2020 -en el contexto de la suspensión de actividades económicas y la llegada de la crisis económica ocasionada por la pandemia a nivel global-. A pesar de esos incrementos trimestrales, la inversión no ha logrado recuperar los niveles observados antes del inicio de la crisis, y en el 1T2021 registró una disminución de (-)4.9% anual, al comparar con el 1T2020. A su interior, la inversión privada se contrajo (-)4.8% frente al 1T2020, mientras que la inversión pública disminuyó (-)6.1% con respecto al 1T2020. Al cierre del primer periodo de 2021, el nivel de la inversión ha recuperado alrededor de 80% de lo que perdió en el 2T2020 (una recuperación proporcional similar a la observada en el PIB).
Sin embargo, la tasa anual observada en el periodo es la décima consecutiva con niveles negativos; la inversión en el país ha mostrado caídas anuales desde el 4º trimestre de 2018. Esta situación refleja la debilidad existente en la inversión previo a la llegada de la pandemia. Aunque la tendencia a la baja observada en los últimos años inició a finales de 2018, la inversión había mostrado un estancamiento desde periodos previos. Después de alcanzar un nivel máximo histórico en el tercer trimestre de 2015, la inversión se debilitó y no ha logrado llegar a niveles similares. En los últimos 5 años, la tasa promedio trimestral de crecimiento ha sido de (-)0.4%, lo cual refleja una disminución gradual de la inversión en el periodo. En el mismo plazo, la tasa promedio anual de crecimiento de la inversión ha sido de (-)5.0%, incorporando el desempeño de la inversión en 2020.
Para regresar al nivel de la inversión observado justo antes del impacto de la pandemia, la inversión requeriría un crecimiento de 5.2%; sin embargo, para recuperar el nivel observado en el último pico, durante el 3T2015, el crecimiento necesario sería de 21%.
EL #SEMÁFOROECONÓMICO DE INVERSIÓN
En el observatorio México, ¿cómo vamos? se le da seguimiento a la variable por medio del Semáforo Económico de Inversión. La meta establecida por la organización es de una inversión equivalente a al menos 24% PIB, inversión mínima necesaria para que sea un detonante importante del crecimiento económico. Al trabajar con la inversión total como porcentaje del PIB, y no los montos totales, el indicador permite dar seguimiento de la tendencia de la inversión controlando por los movimientos en el PIB. La serie histórica tiene datos desde 1993 y, desde entonces, durante el primer trimestre de cada año no se ha cumplido con la meta de inversión.
Al primer trimestre de 2021, la inversión representó el 19.4% del PIB, por lo que el semáforo económico de inversión se encuentra en amarillo. Esta proporción se mantuvo similar a la del mismo periodo de 2020, cuando la inversión fue equivalente a 19.5% del PIB. La inversión de 19.4% del PIB para el 1T2021 es la cifra más baja reportada desde 2002 para un primer trimestre de año.
Cabe destacar que, si bien la inversión como porcentaje del PIB tuvo una ligera disminución, esto se debió a que tanto el PIB como la inversión total cayeron en los primeros tres meses del año. La inversión total cayó (-)4.9%, mientras que el PIB cayó (-)2.8%.
Del 19.4% del PIB que representó inversión en el 1T2021, 17.1% correspondió a la inversión privada y 2.4% a la pública. Estas proporciones fueron iguales a las del mismo periodo del año anterior, y fueron las más bajas desde 2001 para un primer trimestre de año. Mientras tanto, la inversión privada continúa siendo el motor principal de la formación de capital en México y, por tanto, uno de los principales detonadores del crecimiento económico.
En los periodos de crisis de 1994-1995 y 2008-2009 la inversión como proporción del PIB creció, principalmente detonada por la inversión pública. Sin embargo, en el periodo 2020-2021 las proporciones tanto de inversión total como de inversión pública disminuyeron, mostrando una reacción contraria a las crisis pasadas.
EL PAPEL DE LA INVERSIÓN PÚBLICA Y PRIVADA EN LA ECONOMÍA
En México, la formación bruta de capital fijo se compone principalmente de la inversión privada: en el 1T2021, el 88% de la inversión total provino del sector privado y el 12% del gobierno. Esta relación se ha mantenido relativamente constante desde 1993; durante este periodo, el capital que proveniente de inversionistas privados ha representado, en promedio, el 82% del total de la inversión y los recursos públicos destinados a este rubro el 18%.
La inversión privada es aquella que realizan personas particulares y empresas, las cuales esperan obtener un beneficio monetario. En cambio, la inversión pública es aquella que realiza el gobierno con el objetivo de proveer bienes y servicios que no son ofrecidos por privados en el mercado.
Por su naturaleza, la inversión pública no se puede sustituir por inversión privada. Existen bienes con características específicas en donde el beneficio que obtiene un privado por producirlos es menor que el beneficio que recibe la sociedad cuando existen. Algunos ejemplos son proyectos de infraestructura (carreteras, puentes, etc.), seguridad pública, e Investigación y Desarrollo. En estos casos, es papel del gobierno intervenir para proveer estos bienes y servicios, que de otra manera no se ofrecerían. Aunque la inversión pública representa una menor proporción de la formación bruta de capital fijo en México, es una herramienta fundamental para impulsar el crecimiento y mejorar el bienestar de las familias. Si se realiza correctamente, la inversión pública puede tener efectos positivos inmediatos sobre el crecimiento económico. Por ejemplo, al construir un puente se podría elevar la productividad de las empresas reduciendo el tiempo de transporte de sus mercancías y volviendo las zonas involucradas más atractivas para los inversionistas privados.
Por su parte, la inversión privada de los negocios y empresas puede beneficiar a la economía a través de dos vías. La primera es mediante la compra de maquinaria y equipo, que las empresas utilizan para aumentar su producción y mejorar la productividad de sus trabajadores. La segunda es a través de la construcción de nuevas plantas, edificios, oficinas y viviendas. A través de estas vías, los negocios crecen y esto implica que existan mayores oportunidades de empleo, y a su vez, mayores ingresos y oportunidades para las y los habitantes.
Tanto la inversión pública como la privada sufrieron fuertes caídas durante la crisis económica; sin embargo, en el 2T2020 -trimestre de mayor afectación económica por la pandemia- la inversión privada se contrajo (-)36.7% respecto al 2T2019, mientras que la caída de la inversión pública fue de (-)11.4%. Las caídas durante el tercer y cuarto trimestre de 2020 también fueron más profundas para el componente privado que para el público. En la comparación trimestral, la inversión privada creció 6.33% y la inversión pública se contrajo (-)1.47% durante los primeros tres meses de 2021. Mientras tanto, en la comparación anual, la inversión privada se contrajo (-)4.8% frente al 1T2020 y la inversión pública mostró mayor debilidad, al contraerse (-)6.1% con respecto al 1T2020.
La inversión pública puede servir como un motor para estabilizar la actividad económica durante periodos de contracción. En el primer trimestre de 2009 -durante la Crisis Financiera- esta representó el 6.2% del PIB, su mayor nivel en la serie histórica de ese indicador (la serie inicia en 1993). Este efecto fue resultado de una respuesta contracíclica del gobierno que incrementó su inversión, no solamente de la fuerte contracción de la producción en ese periodo. Durante la crisis derivada de la pandemia, la respuesta del Gobierno ha sido radicalmente distinta que en 2009. En el 1T2021, la inversión pública representó el 2.4% del PIB, misma proporción que un año antes. Además, fue el séptimo año consecutivo (desde 2015) con contracciones respecto al primer trimestre del año anterior. Más allá del monto de la inversión pública, la calidad de los proyectos a los que se destinan recursos públicos son un factor clave que determina la eficiencia de este componente para reactivar la economía. Estos proyectos deben cumplir con los criterios de rentabilidad social.
#ESCUELA DE ECONOMÍA ¿QUÉ ES LA INVERSIÓN?
El indicador de Inversión fija bruta, también conocido como la Formación Bruta de Capital Fijo, se incluye dentro de los resultados trimestrales de la Oferta y Demanda Global de Bienes y Servicios, al ser una parte fundamental de la actividad y el crecimiento económico del país. Como uno de los principales motores de la economía, la inversión bien planeada genera mayor infraestructura y herramientas para que los negocios del país puedan crecer y la población tenga acceso a mayores servicios que les permitan llevar a cabo sus actividades en mejores condiciones.
Para medir el valor de la inversión en un periodo se toman en cuenta diversos bienes, los cuales se agrupan en dos categorías: la construcción y la maquinaria y equipo. En el primer componente se incluye la inversión destinada a nuevas edificaciones -tanto residenciales como no residenciales-, así como la obra de infraestructura y las reparaciones y renovaciones hechas a edificios e instalaciones existentes. Por su parte, la inversión en maquinaria y equipo incluye bienes como los autos y camionetas adquiridos por agentes económicos, el equipo de comunicación, maquinaria para manufacturas, computadoras y refrigeradores, entre otros productos adquiridos por empresas o unidades económicas para aumentar sus capacidades de producción o llevar a cabo sus actividades de manera más eficiente. Además, la inversión en maquinaria y equipo incluye también los gastos ejercidos para renovar, reconstruir o ampliar bienes e incrementar su vida útil.
La inversión planeada y llevada a cabo de manera adecuada se traduce en beneficios para la población y la actividad económica del país, los cuales difieren dependiendo del tipo de inversión. Por el lado de la inversión privada, por ejemplo, la inversión en construcción se puede traducir en nuevas plantas para producción manufacturera o nuevas oficinas corporativas, pero también en edificios residenciales que generen más opciones de vivienda y detonen crecimiento en el sector inmobiliario; la inversión privada en maquinaria y equipo, por su parte, eleva las herramientas y máquinas que las empresas del país tienen para elevar sus capacidades de producción y generar más productos, los cuales se pueden vender en el mercado interno o exportar.
En cuanto a la inversión pública, la destinada a construcción tiene el poder de generar infraestructura pública de calidad, incluyendo carreteras, alumbrado público, hospitales y escuelas; por otra parte, al invertir en maquinaria y equipo el sector público puede adquirir bienes y aparatos que le permitan llevar a cabo sus actividades de manera más eficiente, generando mayor calidad en los servicios públicos llevados a cabo en el país.
¿CÓMO IMPACTA LA INVERSIÓN AL CRECIMIENTO PRESENTE Y FUTURO DE LA ECONOMÍA?
La inversión productiva genera mayor capacidad de oferta, empleo y bienestar debido a las dinámicas de mediano y largo plazo que resultan. Las empresas que participan en la economía utilizan insumos para poder producir. Estos insumos se suelen dividir en dos grandes grupos: capital físico y mano de obra. El capital físico se refiere a las máquinas, equipo y establecimientos (hogares, plantas, oficinas, etc.) que hay en la economía en un momento dado. Entre más recursos se hayan destinado en el pasado para adquirir este tipo de bienes, mayor es la capacidad con la que cuenta la economía para producir. Si se observan menores tasas de inversión en la economía en el presente, esto causará que en el futuro exista menos capital físico disponible para poder producir y, por lo tanto, en un menor PIB. Asimismo, la inversión en capital físico se relaciona con mayores niveles de productividad de los empleados, permitiendo a las empresas remunerarlos de mejor manera. La inversión pública con rentabilidad social positiva incrementa la productividad de las personas, eleva la calidad de vida e impulsa el crecimiento económico del país. La provisión de bienes y servicios públicos de calidad es uno de los mecanismos más efectivos para permitir a las personas salir de situaciones precarias como la pobreza y reducir la desigualdad.
LA INVERSIÓN Y LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA
En el primer trimestre de 2021 tanto el PIB como la inversión siguieron mostrando tasas negativas. La inversión cayó (-)4.9%, mientras que el PIB cayó (-)2.8%. Actualmente, las expectativas de crecimiento económico del país para 2021 han mejorado, pero ni siquiera los pronósticos más optimistas sitúan a la economía mexicana en sus niveles previos a la crisis. Además, estas expectativas están basadas principalmente en el crecimiento económico global y la rápida recuperación de Estados Unidos. Sin embargo, el mercado interno sigue debilitado. Aún faltan por recuperar 311 mil 998 puestos de trabajo formal, sin contar los que se han dejado de generar desde el inicio de la pandemia. Para que México logre recuperarse de la crisis causada por la pandemia de Covid-19, y posteriormente pueda llegar a una senda de crecimiento elevado y sostenido, será crucial el papel de la inversión.
Fomentar mayores niveles de inversión en un país resulta el principal motor de crecimiento económico. Con inversión en nueva maquinaria y equipo, plantas, edificios y demás activos, la población puede ser más productiva, así, en los siguientes años se pueden alcanzar mayores niveles de producción y, por lo tanto, de crecimiento económico. Además, se generan oportunidades laborales, tanto por su efecto inmediato sobre el PIB, como por las dinámicas que genera en la economía en el mediano y largo plazo. Sin embargo, para que estas dinámicas se den y tengan efectos positivos para la población, es necesario que los recursos se canalicen a proyectos rentables y productivos, y en el caso de la inversión pública, con rentabilidad social alta. Solamente así se puede propiciar un entorno con crecimiento sostenido en la inversión, y a su vez, del crecimiento económico y el bienestar social. Finalmente, en el contexto de una recuperación económica tras la pérdida de empleos y negocios durante la reciente crisis, resulta fundamental garantizar la certidumbre para la inversión y asegurar que los proyectos que se lleven a cabo (tanto públicos como privados) sean de carácter productivo y detonen beneficios para la economía y la población del país.
Puedes descargar esta publicación aquí.