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El panorama incierto de inflación en los próximos meses

  • Nos sigue esperando por lo menos un año más de inflación alta, precios altos y tasas de interés altas, aun cuando la inflación empiece a disminuir.
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FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO.COM

Este viernes conoceremos la cifra anual de inflación a septiembre de 2022, pero independientemente del resultado exacto (la expectativa del mercado es de 8.74%), sabemos que se seguirá posicionando en las tasas más altas que se hayan visto en los últimos 22 años. Sin duda, contener la alta inflación se ha convertido en el mayor reto económico de este año tanto para México como para el resto del mundo. La mayor interrogante sigue siendo: ¿cuándo observaremos el pico de inflación? Esto solo lo podemos declarar a posteriori. Estimar que el pico sucederá en el siguiente trimestre está sujeto a revisiones al alza como lo hemos observado a lo largo de todo 2022.

Un factor particularmente relevante es que la inflación subyacente presenta una persistente trayectoria al alza y se encuentra en niveles de más del doble del límite superior del objetivo de Banco de México. Este componente de la inflación no contempla los bienes cuyos precios son más volátiles, responden a efectos estacionales o están sujetos a decisiones administrativas. Así, la inflación subyacente es una mejor aproximación del comportamiento de los precios a mediano plazo y es sobre la que la política monetaria de Banxico puede incidir.

En este contexto, el Banco de México, cuyo mandato constitucional es procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, anunció la semana pasada un nuevo incremento de 0.75% a la tasa de interés interbancaria a un día (tasa de referencia), dejándola en 9.25%. Este es su nivel más alto desde que se adoptó el objetivo de tasa de interés como instrumento de política monetaria en 2008 y aún restan dos decisiones de política monetaria este año, por lo que es probable que observemos una tasa de referencia de cierre superior al 10%.

Cabe destacar que el incremento de tasas por parte del banco central busca contribuir a contener la inflación a través de sus diferentes canales de transmisión, principalmente desincentivando el consumo e incentivando el ahorro, para disminuir la demanda agregada. Sin embargo, estos efectos no son inmediatos. Por otro lado, en el corto plazo una política monetaria restrictiva contribuye a mantener ancladas las expectativas de inflación y evitar que estas provoquen una espiral inflacionaria.

En esta labor, la comunicación del Banco es primordial y, desde el 12 de agosto de 2021, las decisiones de política monetaria están acompañadas por la publicación de los pronósticos de inflación general y subyacente de Banxico para los ocho trimestres siguientes. Sin embargo, al echar un vistazo a las estimaciones que se han publicado a lo largo de 2022, vemos que pronosticar la inflación para los diferentes trimestres de este año ha sido un reto tan grande como contenerla.

Con cada decisión de política monetaria de 2022 han venido revisiones tanto del punto máximo, como del periodo de convergencia al rango objetivo de 3% +/- 1% para la inflación general y para la subyacente. Durante los últimos meses la expectativa fue que durante el tercer trimestre de 2022 alcanzaríamos el anhelado pico de inflación; no obstante, esta hipótesis es cada vez menos probable porque no hay señales que indiquen que ya en octubre observemos una tendencia a la baja en la inflación general.

En ese marco, en la decisión del 29 de septiembre, el Banco de México presenta el mismo pronóstico de inflación promedio para el tercer y cuarto trimestre, generando una especie de meseta esperada para el comportamiento de la inflación en lugar de pico. En cuanto a 2023, los ajustes al alza para todos los trimestres fueron de alrededor de un punto porcentual.

No obstante, el pronóstico para la inflación subyacente sí es que continúe al alza para alcanzar un pico en el último trimestre de este año. Con la subyacente al alza, es poco probable que la inflación general no siga esa tendencia. Igualmente, del segundo trimestre de 2023 (2T2023) al cuarto trimestre de 2023 (4T2023) el pronóstico de Banxico es que la inflación general sea menor a la subyacente.

Así, las constantes revisiones que hemos observado este año indican que los pronósticos han estado sesgados a la baja, en un panorama de incertidumbre, en inflación y otras variables macroeconómicas, mayor a la que nos hubiéramos esperado a inicios de año. En la primera decisión de política monetaria, en febrero, se estimaba que actualmente, en el tercer trimestre de 2022, nos encontraríamos en promedio en una inflación de 4.6% (menor a la subyacente pronosticada, por cierto), y que entraríamos al rango de variabilidad de Banxico en el primer trimestre del próximo año. Actualmente el pronóstico de Banxico es que esa convergencia hacia el 3% se alcance hasta 2024.

No podemos saber si será así o cuántas revisiones al alza seguiremos viendo. La convergencia al objetivo sigue siendo incierta, pues estos pronósticos se basan en el supuesto de que ningún nuevo factor altere la variación de precios y en estos últimos años las sorpresas parecen ser más comunes que la estabilidad.

Lo que sí sabemos es que nos sigue esperando por lo menos un año más de alta inflación y que los precios se mantendrán altos, aun cuando la inflación empiece a disminuir. Asimismo, 2023 también será un año de altas tasas de interés. Por un lado, las altas tasas en Estados Unidos encarecerán el financiamiento a países emergentes como el nuestro. Y por otro, con las mayores tasas como la medida del Banco de México para contener la inflación en nuestro país se incrementa el costo del crédito, a productores, pero también a consumidores a través de las tarjetas de crédito y cualquier crédito que tenga tasa variable.

El 2023 será un año de muchos retos en materia económica y social. Por su parte, en los próximos meses el Banco de México seguirá incrementando la tasa de interés de referencia y la mantendrá en niveles altos durante el siguiente año, buscando mantener estables las expectativas. Sin embargo, también será más necesario que nunca que los recursos públicos se asignen de manera eficiente y un verdadero plan integral que cuide las condiciones de vida de los mexicanos en el futuro.

Por ejemplo, en un contexto de alta inflación y, especialmente, de precios de alimentos incrementando a tasas de dos dígitos, es necesario proteger a las familias más vulnerables con estrategias focalizadas que les ayuden a no pasar hambre, pues en los últimos años los programas sociales han tomado un carácter más universal que termina por reducir el alcance en la población de menores ingresos.

Del mismo modo, requerimos un gobierno comprometido con cuidar las condiciones de vida de la población con miras al mediano y largo plazo, no solo al futuro inmediato. Requerimos una visión amplia que contemple medidas que incrementen la productividad, la inversión y que generen un crecimiento económico incluyente que proporcione oportunidades de más y mejores empleos para la población, solo así los trabajadores mexicanos podrán hacer frente a los altos precios y evitar caer en situación de pobreza.

Te invitamos a leer este artículo en Animal Político

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