Hace un par de semanas en este espacio, en el marco de la publicación de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, platicamos sobre algunos de los resultados sobre la evolución de los ingresos de los hogares mexicanos en años recientes.
Uno de los resultados importantes señalados es que en 2022 no sólo se observa una recuperación generalizada en todos los niveles de ingreso respecto a las caídas observadas en 2020, sino que -además- los ingresos corrientes promedio en 2022 son superiores a los observados en 2016 y 2018 para casi todos los niveles de ingreso (deciles I a IX). Solamente el ingreso corriente promedio del decil X (10 % de los hogares con mayor ingreso) en 2022 es menor al observado en 2016 y 2018. Este mismo resultado se observa también cuando el análisis se centra en los ingresos por trabajo.
Sin embargo, esta reducción en el ingreso corriente promedio y del ingreso por trabajo promedio del decil X debe interpretarse con precaución, pues podría llevarnos a conclusiones erróneas. En la literatura económica reciente se ha demostrado que las encuestas de ingresos de los hogares (como la ENIGH y la ENOE) tienden a subestimar 1 los ingresos en la parte alta de la distribución (en los hogares de mayores ingresos). Esta subestimación podría explicarse por dos motivos principales: el primero es que el diseño muestral de las encuestas no logre captar a los hogares que realmente poseen los mayores ingresos en el país (truncamiento de la información), o bien, la subdeclaración de ingresos de la persona entrevistada.
Si no se toma en cuenta esta subdeclaración en la parte alta de la distribución, se pueden realizar entonces conclusiones equivocadas sobre cómo se han cerrado las brechas entre distintos grupos de ingreso. Por ejemplo, en 2016 el ingreso corriente promedio del decil X es 21 veces mayor al del decil I (10 % de los hogares con menor ingreso), mientras que en 2022 es 15 veces mayor. ¿Esto significa que la desigualdad de ingresos en el país ha disminuido?
La ENIGH, además de ser la encuesta a partir de la cual se construye la medición de pobreza multidimensional del CONEVAL, es la herramienta (parcial) que tenemos a nuestra disposición para conocer cuál es el estado de la desigualdad en el país.
Para conocer esta situación y su evolución, utilizamos diversas medidas de desigualdad, tales como el coeficiente de Gini, 2 indicador más utilizado en la literatura económica, así como indicadores complementarios que permiten contextualizar mejor la desigualdad de ingresos en el país, como las tablas sociales o de distribución y el índice de Palma.
De acuerdo con los datos de la ENIGH, la desigualdad de ingresos en el país ha disminuido en años recientes, pues el coeficiente de Gini pasó de ser 0.464 en 2016 a 0.413 en 2022. Este resultado es el que encontramos cuando analizamos la distribución del ingreso corriente total en los hogares; sin embargo, no todos los hogares son homogéneos en la cantidad de las personas que los integran, de hecho, a mayor nivel de ingresos, mayor es la cantidad de personas y perceptores de ingreso en el hogar, es decir, ese mayor nivel de ingreso que alcanzan los hogares está directamente relacionado con la cantidad de integrantes y preceptores en el hogar.
Para controlar esta situación, podemos hacer una análisis diferente, calculando el coeficiente de Gini del ingreso per cápita de los hogares, es decir, dividimos el ingreso corriente total de los hogares entre el total de integrantes en el hogar. Con esta transformación se encuentra que el coeficiente de Gini pasó de ser 0.506 en 2016 a 0.458 en 2022. La magnitud es mayor a la observada con el ingreso total de los hogares, pero se mantiene la tendencia a la baja.
No obstante, es importante recordar que el subreporte de ingresos en las encuestas de ingresos de los hogares, en especial en los de mayores ingresos, sesga a la baja el cálculo del coeficiente de Gini, lo que genera la percepción de una menor desigualdad observada en el país.
Para entender mejor este fenómeno tomaremos como referencia los resultados del Consejo de Evaluación de la Ciudad de México (EVALÚA), organismo autónomo que realiza el ajuste 3 de los ingresos de la ENIGH de acuerdo con la información reportada en Cuentas Nacionales (CN).
En la siguiente figura se puede apreciar que las reducciones constantes en la desigualdad de ingresos observadas en el país de acuerdo con la ENIGH (en ingresos totales de los hogares y en ingresos per cápita) no se mantienen una vez que se ajusta la distribución de ingresos por CN. Mientras que con los datos de la ENIGH se observa una caída en la desigualdad entre 2016 y 2018, con el ajuste con CN se observa un incremento. Además, como se mencionó anteriormente, los coeficientes de Gini calculados a partir de la ENIGH se encuentran persistentemente por debajo de los calculados una vez ajustados por CN. 4
Debido a que el coeficiente Gini es una medida sintética, es decir, que en un número (el coeficiente) se concentra mucha información, es difícil entender la dimensión de la desigualdad en el país, o los cambios en la misma; una caída del coeficiente de Gini de 0.426 a 0.413, ¿qué significa?
Para entender mejor la evolución de la desigualdad en el país tenemos a nuestra disposición otras herramientas, como las tablas sociales o de distribución, las cuales representan la distribución porcentual del ingreso corriente total o del ingreso per cápita total en distintos grupos de la población. A partir de ahora, los resultados que platicaremos serán los correspondientes a la distribución del ingreso per cápita.
De acuerdo con la ENIGH 2022, el decil X (10 % con mayores ingresos) representa el 36 % de los ingresos del país, mientras que los ingresos acumulados de la mitad de la población con menores ingresos (deciles I al V) representan el 20.4 % de estos.
En 2016, el decil X acumulaba 40.6 % de los ingresos, mientras que la mitad de la población con menores ingresos acumulaba 18 %. Este resultado nos llevaría nuevamente a concluir que la desigualdad en el país está disminuyendo, pues los hogares de menores ingresos están acumulando más ingreso, mientras que los hogares de mayores ingresos (decil X) están acumulando menos.
Sin embargo, para entender mejor este fenómeno y la magnitud real de la desigualdad en el país recurriremos a un nuevo acomodo de la información y los resultados ajustados por CN.
El nuevo acomodo es en solo tres grupos de la población: el primer grupo representa al 40 % de menores ingresos, el segundo grupo de la población representa a los ingresos medios (deciles V al IX) y el último grupo representa a la población de mayores ingresos (decil X).
Se puede observar que en este acomodo se mantienen las conclusiones previas: la población de los deciles más bajos (I-IV) está acumulando mayores ingresos en el tiempo, lo mismo para la población de ingresos medios (deciles V-IX), mientras que el ingreso acumulado de la población del decil X está disminuyendo, es decir, la desigualdad de ingresos es menor.
No obstante, utilizando de nuevo los resultados cuando la distribución de ingresos es ajustada por CN, podemos observar una historia (un país) muy distinta. Sobre todo, es importante destacar el cambio en la magnitud de los ingresos acumulados por el decil X de ingresos.
Si bien a partir de los datos de la ENIGH se observaba que en 2020 este grupo de la población acumulaba el 36.3 % del ingreso, con los ingresos ajustados a CN acumula 53.6 %. Mientras que con datos de la ENIGH el grupo de ingresos medios era el grupo poblacional que acumulaba mayores ingresos, con datos ajustados a CN el grupo poblacional que acumula mayores ingresos es el decil X, aunque es importante recordar que el grupo de ingresos medios representa al 50 % de la población, en tanto que el decil X únicamente representa al 10 % de la población.
Finalmente, para dimensionar mejor las diferencias que existen entre el ingreso acumulado del grupo de la población de menores ingresos (decil I al IV) y el grupo de la población de mayores ingresos (decil X), calculamos el índice de Palma. 5
De manera similar a lo observado previamente en los otros indicadores de desigualdad, con los datos de la ENIGH se concluiría que la desigualdad observada en el país está disminuyendo, pues el índice de Palma, es decir, cuántas veces acumula más ingreso el decil X que los deciles I al IV, disminuye en el tiempo. En 2016 esta relación era de 3.25 veces, mientras que en 2022 fue de 2.53 veces.
Sin embargo, con la distribución de ingresos ajustada a CN la evolución es heterogénea. Entre 2016 y 2018 incrementa, mientras que entre 2018 y 2020 disminuye. Además, la diferencia en la magnitud del índice de palma ajustado con CN respecto al encontrado con los datos de la ENIGH es cerca del doble para todos los años que se tiene información.
Contrastar la información de los ingresos capturados en la ENIGH con la distribución ajustada por CN no tiene como finalidad demeritar el trabajo tan profesional que realiza el INEGI en el diseño, levantamiento, captura, procesamiento y presentación de la información. Sin embargo, por cuestiones ajenas al Instituto, la información en la encuesta nos puede llevar a conclusiones sesgadas del estado y evolución de la desigualdad en el país, como que la desigualdad de ingresos es menor a la que realmente está presente en nuestra sociedad. Entender esa diferencia es de suma importancia para el diseño de políticas públicas que busquen cerrar las distintas brechas de ingresos que observamos en el país, así como para la construcción de una sociedad mucho más igualitaria de la que vivimos actualmente.
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* Axel Eduardo González (@AxelEduardoGG) es analista en México, ¿cómo vamos?
2 El coeficiente de Gini es una medida de la distribución de ingreso en una población. Se expresa como un valor entre 0 y 1, donde 0 representa completa igualdad, mientras que 1 indica máxima desigualdad.
4 No se cuenta con el coeficiente de Gini ajustado a CN en 2022 pues la estimación aún no está disponible.
5 Consiste en obtener el cociente entre la participación en el ingreso del 10 % más rico y la participación en el ingreso del 40 % más pobre.