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Pobreza, crecimiento y redistribución: el papel de la educación

  • Para complementar el crecimiento y la reducción en la pobreza con políticas redistributivas eficaces es la hora de elevar la calidad de la educación a todos niveles. De lo contrario, los resultados recientemente publicados en reducción de la pobreza, tendrán un alcance relativamente limitado.
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FOTO: ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO.COM

Francois Bourgignon i sostiene que no siempre el crecimiento económico beneficia a los pobres. Se pueden constatar casos en que el ingreso de los pobres disminuyó a pesar del crecimiento de la economía. Normalmente, con el crecimiento sí tiene lugar una reducción, la cual puede ser mucho más rápida si se ve acompañada de medidas de redistribución. La pregunta es cómo crecer y cómo redistribuir.

En México la inversión en infraestructura física tuvo un impacto muy positivo sobre el crecimiento de la economía por décadas: durante el tendido de las principales vías ferroviarias en el Porfiriato, ii con la construcción de carreteras a partir de los años veinte, la electrificación y el despliegue de telefonía (ahora telecomunicaciones) en el siglo pasado y hasta la fecha. Dicha inversión tuvo un efecto positivo sobre la acumulación de capital privado, al beneficiarse de externalidades positivas. Una empresa se beneficia de estar bien comunicada y conectada.

Actualmente, agregar un carril más a la autopista de la Ciudad de México a Cuernavaca –por poner un ejemplo– tiene algún impacto sobre sus usuarios, pero no es comparable al que se dio cuando se terminó la original el 18 de noviembre de 1952 y más aún cuando se inauguró la libre el 11 de noviembre de 1927. No es comparable el efecto sobre el crecimiento del ingreso de que por fin se comuniquen dos localidades importantes, con el de reducir el tiempo de traslado en horas pico.

Lo anterior no implica que todo México esté comunicado por carretera –para seguir con el ejemplo– pero ciertamente hay avances innegables en la obra caminera. Y así con otros ámbitos de capital físico. Pero el capital también abarca al capital humano, de nuevo existe un largo camino recorrido: en 1920 el alfabetismo era de 30 por ciento, en 1970 de 70 por ciento y en 2020 de 95 por ciento. Incluso con el saldo negativo del COVID –en el largo plazo el avance cuantitativo es claro.

El reto ahora es cualitativo y tiene un importante impacto sobre la igualación de oportunidades y la reducción de la desigualdad. En realidad lo ha sido por bastante tiempo y los resultados de algunas mediciones –como la prueba PISA– no son alentadores. Brindar capital humano a los pobres es brindarles riqueza. Después de todo, la tierra ya se repartió en México.

Por consiguiente, para complementar el crecimiento y la reducción en la pobreza con políticas redistributivas eficaces es la hora de elevar la calidad de la educación a todos niveles. De lo contrario, los resultados recientemente publicados en reducción de la pobreza, tendrán un alcance relativamente limitado. El crecimiento del gasto social dentro del gasto público, en un contexto de envejecimiento de la población, de elevados subsidios a las llamadas empresas productivas del estado (como PEMEX, que de productiva tiene poco) y de crecientes pagos de servicio de la deuda pública se antoja insostenible. Y no es lo mismo redistribuir ingreso que riqueza.

Ayuda desde luego a México la relocalización geográfica global –“nearshoring”– de las cadenas de suministro, el impacto en Norteamérica de la ley de Chips y Ciencia de Biden y la reestructuración global de la industria automotriz. Ese fue el caso cuando entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte el primero de enero de 1994, pero no fue suficiente para que México dejara de ser un país de ingreso medio y pasar a ser de ingreso alto, ni lo será en esta ocasión. iii

Pero hay que pasar del qué al cómo, la econometría tiene un límite. Al respecto, los experimentos aleatorios controlados de campo se vuelven fundamentales. Esto es la evaluación de impacto de distintas acciones en materia educativa. Sólo así se puede ver qué funciona y qué no. Banerjee, Duflo y Kremer iv obtuvieron el premio nobel de economía por su contribución a la evaluación de impacto de los programas sociales.

Algunos de sus hallazgos en materia educativa: 1) proveer más libros de texto gratuito no contribuyó mayormente a mejorar el desempeño de los estudiantes, excepto el de los más destacados; 2) brindar rotafolios no tuvo efecto alguno; 3) ofrecer educación remedial para el estudiantado menos aventajado sí tuvo un impacto sustancial positivo; 4) reducir el número de estudiantes por aula no tuvo efecto, porque los de menor desempeño no se beneficiaron de convivir más de cerca con los de mayor rendimiento; 5) dividir a los grupos en grupos más pequeños, en función de los conocimientos previos adquiridos por el alumnado tiene también efecto positivo, tomar en cuenta lo que sabe el alumnado y no lo que toca según el programa; 6) pagar a las maestra un bono por no faltar a clase redujo el ausentismo y contribuyó positivamente al aprendizaje; 7) reducir el tamaño del grupo contratando maestras de asignatura –cuya permanencia dependía de su desempeño– tuvo un impacto favorable, no así cuando se trató de escuelas con magisterio sindicalizado cuya respuesta a las nuevas contrataciones fue faltar más y enseñar menos.

Desde luego que dichos experimentos son confrontados, esto es, se evalúa su “validez externa” para ver si son generalizables a otros lugares y ámbitos.

En México el presente gobierno eliminó el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) y no existe información sobre el impacto del COVID sobre el aprendizaje, la matriculación, la eficiencia terminal. Da la impresión de que el servicio se encuentra capturado por grupos de interés –magisteriales– y que en la Secretaría de Educación Pública no hay urgencia de cambiar las cosas. Habría que agregar la baja prioridad otorgada al presupuesto de educación pública, 3.24 por ciento del PIB en 2023.

Si la calidad de educación que consumen los pobres no es prioridad para el gobierno, difícilmente se podrá crecer más en el largo plazo, reducir la pobreza de manera permanente y reducir la desigualdad.

Te invitamos a leer este artículo en Animal Político.

* Félix Vélez Fernández Varela (@FelixVelez) es profesor de economía y políticas públicas en el ITAM y Experto México, ¿cómo vamos?. Ha combinado el servicio público con la academia.

i Bourguignon, Francois. (febrero 4, 2004) The Poverty – Growth – Inequality Triangle, Banco Mundial, presentado en Nueva Delhi.

iii Werner y Milo Alexis / Nearshoring, Reforma, mayo 30, 2023.div Banerjee, Abihit, Duflo, Esther y Kremer, Michael. (2019) Understanding Development and Poverty, Scientific Background on the Sveriges Riksbank Prize in Economic Sciences in Memory of Alfred Nobel 2019, The Royal Swedish Academy of Sciences.

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