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El mito de la convergencia

  • Las posibilidades más grandes de cambio se encuentran a nivel local. La Federación no cuenta con los suficientes recursos para poder invertir en infraestructura, educación y seguridad pública en todas las zonas rezagadas (Este texto ganó el primer lugar en el Concurso de Ensayo 2023 de México, ¿cómo vamos? y Animal Político: Progreso desde lo local).
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Autor: Omar Boussart | Wikimedia Commons

¿Alguna vez has escuchado de una ciudad llamada Poza Rica? Probablemente no. Y no te culpo, apreciable lector, pues su relevancia nacional ha disminuido con el paso de los años desde su fundación como municipio libre, en 1951. Edificada rápidamente a partir de campamentos, se convirtió en la capital petrolera de México durante sus primeros años de vida. El futuro lucía sumamente prometedor.

No obstante, como ha sucedido en muchos otros lugares del país, su deterioro se ha acelerado en tiempos recientes. Como muestra, el porcentaje de habitantes en condición de pobreza pasó de 30.2 % en 2010 a 49.8 % en 2020. La situación de Poza Rica es solo un reflejo del estado al que pertenece: mientras que otras entidades con altos niveles de carencias sociales, como Chiapas y Oaxaca, disminuyeron su nivel de pobreza durante los últimos diez años, en Veracruz ésta aumentó tres puntos porcentuales, siendo uno de los estados con mayores alzas durante ese periodo.

Uno de los grandes hitos de la teoría económica clásica en el siglo pasado es la teoría de convergencia. Poniéndolo en términos simples, esta teoría defiende que si dos economías, una pobre y otra rica, solo se diferencian en el stock o cantidad de capital por trabajador, entonces la pobre tenderá a crecer a tasas más elevadas hasta alcanzar a la rica. Aunque esta teoría fue formulada pensando en las economías de los países y cuenta con múltiples cuestionamientos sobre los supuestos sobre los que está cimentada, existen estudios como los de Rodríguez y Cabrera 2 o Bracamontes y Escamilla 3 que exploran si el efecto de la teoría de convergencia aplica para los municipios mexicanos.

Desde luego, existen algunos problemas. Uno de ellos es, de hecho, síntoma de las grandes desigualdades regionales que abundan en México. La mayoría de los estados con el mayor crecimiento poblacional entre 2015 y 2020 son, lógicamente, los más desarrollados y los que tienen el mejor desempeño de acuerdo con los semáforos económicos de México cómo vamos: Querétaro, Baja California y Nuevo León. Por otro lado, Veracruz no solo fue el estado con la tasa de crecimiento poblacional más baja, sino que además ¡fue el único con tasa negativa! En los últimos años, casi más de 50 mil veracruzanos abandonaron su hogar, probablemente en búsqueda de mejores oportunidades.

Soy un fiel creyente de que las posibilidades más grandes de cambio se encuentran a nivel local. La Federación no cuenta con los suficientes recursos para poder invertir en infraestructura, educación y seguridad pública en todas las zonas rezagadas. Y a pesar de que para los estados y los municipios la disponibilidad de recursos también es un reto, hay algunas alternativas que pueden explorar. Después de todo, son los tomadores de decisiones a nivel local, como los gobernadores y los presidentes municipales, quienes conocen mejor las particularidades y los retos específicos que enfrentan sus demarcaciones.

El manejo de las finanzas públicas es fundamental, pues son la fuente de financiamiento de las políticas públicas necesarias para solventar las problemáticas regionales. En los últimos años se ha incrementado la dependencia de los municipios y estados a los recursos federales, lo que ha dificultado que se invierta lo suficiente en infraestructura. Es verdad que a nadie le gusta pagar más impuestos, pero los gobiernos locales deben estar facultados para diseñar estrategias recaudatorias que afecten lo menos posible al contribuyente. Además, sus habitantes probablemente pagarían felizmente sus impuestos si pensaran que estos se ven reflejados en algo tangible. Es un doble efecto: por una parte, los gobiernos locales deben “apretarse el cinturón” y tratar de controlar su gasto corriente. Por otra, deben destinar los ahorros obtenidos a inversión pública productiva. Incluso, si las condiciones de infraestructura ameritan una inversión urgente, se debe explorar la posibilidad de hacerlo mediante endeudamiento, siempre y cuando se use de forma responsable.

Invertir en infraestructura pública es fundamental porque, además de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, es lo que separa a algunos municipios de otros en la captación de inversión privada. Aunque existen algunos problemas estructurales como el acceso a servicios básicos y comunicación, que pueden no ser tan fáciles de resolver en el corto plazo y que requieren mucha gestión, las deficiencias en infraestructura son uno de los principales factores que previenen que las empresas se instalen en algunas ciudades y entidades.

Desde el inicio de la segunda década de este siglo, Veracruz ha tenido importantes problemas para generar empleos formales. El paso de la pandemia de coronavirus solo exacerbó estas dificultades, pues Veracruz ha sido de los estados con las recuperaciones más lentas en este rubro durante los últimos dos años. Esto se puede apreciar en las Fichas por Estado de México cómo vamos:

En México existen decenas de casos como el de Poza Rica. Ciudades y zonas enteras que han quedado relegadas de las constantes promesas de bienestar, donde cada vez más personas, poco a poco, se ven obligadas a abandonar su hogar en busca de mejores oportunidades, pues sus lugares de origen no les proporcionan los satisfactores económicos, sociales y emocionales. En muchos casos, no les proporcionan ni el sustento básico para solventar su día a día. La convergencia dentro de México es, hasta ahora, un mito.

Los gobiernos locales no pueden sentarse a esperar que las soluciones vengan desde la Federación. Es su turno de actuar, y comenzar a generar las condiciones de infraestructura necesarias, así como fomentar la mejora de su capital humano y realizar las suficientes acciones de gestión para facilitar el acceso a servicios y, de esta forma, mejorar la vida de su población. No es para nada un reto sencillo, pero si se continúan ignorando los problemas, la brecha dentro de México tristemente continuará expandiéndose.

Te invitamos a leer este artículo en Animal Político.

* Leonardo Rafael Amador Ewald (@amadorewald) es estudiante de la Maestría en Economía Aplicada en el Tecnológico de Monterrey.  Este texto ganó el primer lugar en el Concurso de Ensayo 2023 de México, ¿cómo vamos? y Animal Político: PROGRESO DESDE LO LOCAL.

1 Sala i Martin. Apuntes de crecimiento económico. Antoni Bosch. 2da edición, 2000.

2 Rodríguez-Gamez, L. I., & Cabrera-Pereyra, J. A. (2020). Convergencia económica entre municipios mexicanos: un enfoque de parámetros locales. Ensayos. Revista de economía, 39(2), 143-186.

3 Bracamontes Nevárez, J., & Escamilla Díaz, A. (2008). Convergencia absoluta y condicional en los municipios del estado de Sonora, 1989-2004. Estudios fronterizos, 9(18), 9-37.

México cómo vamos, Fichas Estatales, disponibles aquí.

México cómo vamos, Samáforos Económicos, disponibles aquí.

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