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#PublicaciónMCV

La informalidad y la pobreza laboral en el país registran disminuciones en el 1T2021

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FOTO: CRISANTA ESPINOSA AGUILAR /CUARTOSCURO.COM
  • De acuerdo con los datos del Coneval, 50.1 millones de mexicanos y mexicanas se encontraron en situación de pobreza laboral en el primer trimestre del año. Esto significa que el 39.4% de la población total en el país se encontró en una situación donde los ingresos laborales de su hogar no son suficientes para adquirir una canasta alimentaria básica para todos los miembros.
  • La proporción observada en el 1T2021 de la población mexicana en pobreza laboral significó una disminución respecto a 4T2020, aunque se encontró 3.8 puntos porcentuales por encima de la pobreza laboral observada en el 1T2020 (de 35.6%).
  • A un año del inicio de la pandemia del Covid-19, hay 5.3 millones de personas más en pobreza laboral en el país. El incremento fue más fuerte en mujeres, ya que la población en pobreza laboral aumentó en 2.7 millones de mujeres y en 2.5 millones de hombres.
  • En el primer trimestre del año, el nivel de pobreza laboral observado en mujeres (41.3%) fue mayor al de los hombres (37.4%).
  • De acuerdo con las cifras del nuevo #SemáforoEconómico de pobreza laboral con información por sexo, en México hay 1.2 mujeres por cada hombre que vive en pobreza laboral. Además, la tasa de pobreza laboral es más alta para mujeres que para hombres en cada uno de 32 los estados del país.
  • La presencia de pobreza laboral (datos del Coneval) tiene una fuerte correlación con la informalidad laboral (datos INEGI). En 27 de las 32 entidades del país, la tasa de informalidad laboral en población no agropecuaria fue mayor para las mujeres que para los hombres; en Michoacán, la CDMX y Sonora, las tasas de informalidad son prácticamente iguales para mujeres y hombres.
  • Al cierre del primer trimestre de 2021, 50.8% de los trabajadores mexicanos ocupados en labores no agropecuarias tuvieron un trabajo informal (INEGI); hubo una disminución en la tasa respecto al 1T2020 (cuando era de 52%) y al 4T2020 (51.1%). Esto significa que alrededor de 22 millones de trabajadores laboraron en un empleo sin vínculo laboral reconocido, sin prestaciones de ley y en condiciones más vulnerables que un empleo formal.
  • A nivel estatal, las entidades con mayor informalidad laboral fueron Oaxaca, Guerrero y Puebla, mientras que Chihuahua, Nuevo León y Baja California mostraron los niveles más bajos. Al dividir por sexo, el #SemáforoEconómico de informalidad laboral mostró que Chihuahua tiene la informalidad laboral más baja para hombres y mujeres y Oaxaca la más alta; ésta última entidad con una importante brecha de 8.4 puntos porcentuales entre sexos.

Lo que se va a encontrar en este texto:

¿CÓMO SE ENCUENTRAN LOS NIVELES DE POBREZA LABORAL EN EL PAÍS A UN AÑO DE LA PANDEMIA?

En el 1º trimestre de 2021, el porcentaje de la población mexicana en situación de pobreza laboral disminuyó respecto al cierre de 2020, al pasar de 40.7% a 39.4%. Sin embargo, respecto al 1º trimestre de 2020, la tasa de pobreza laboral incrementó en 3.8 puntos porcentuales, en el contexto de la crisis económica experimentada en el último año. Así, todavía hay 50.1 millones de mexicanos y mexicanas que viven en una situación en la que los ingresos laborales de su hogar no son suficientes para adquirir la canasta alimentaria básica para todos sus integrantes. Es decir, a pesar de que se registró una disminución en el nivel de pobreza laboral a nivel nacional al comparar con lo observado en el 3º y 4º trimestre de 2020, todavía no se recuperan los niveles que había antes de la llegada de la pandemia: en el primer trimestre de 2020 el 35.6% de mexicanos se encontraba en situación de pobreza laboral, lo que equivalía a alrededor de 44.8 millones de personas -en el año transcurrido desde el primer trimestre de 2020, la cantidad de personas en pobreza laboral incrementó en 5.3 millones de individuos.

A lo largo de la historia, la evolución de la pobreza laboral en México ha sido dispar entre hombres y mujeres, y son las mexicanas las que se han enfrentado a mayores niveles de pobreza laboral. En el transcurso de la pandemia y la crisis, la pobreza labora femenina nuevamente se exacerbó.

En los primeros tres meses de 2021, la pobreza laboral disminuyó para ambos sexos respecto a lo observado a finales de 2020, pero se mantuvo elevada entre las mujeres: la tasa de pobreza laboral femenina fue de 41.3%, mientras que la masculina fue de 37.4%. Al cierre del 1T2021 hubo 27.1 millones de mujeres en pobreza laboral y 23 millones de hombres; por cada hombre en pobreza laboral en México, hay 1.2 mujeres en la misma situación.

#ESCUELA DE ECONOMÍA LOS NUEVOS SEMÁFOROS ECONÓMICOS POR SEXO

A partir del primer trimestre de 2021, México, ¿cómo vamos? incorporó el enfoque de género a la medición de sus #SemáforosEconómicos de pobreza e informalidad laboral. De esta manera, además del seguimiento a las cifras trimestrales que hablan de los segmentos más vulnerables de la población -ya sea por tener ingresos laborales insuficientes para cubrir sus necesidades o por trabajar en un empleo sin vínculo reconocido y sin prestaciones-, es posible evaluar el desempeño por sexo e identificar las brechas que aún persisten en los indicadores económicos. El enfoque de género, siempre relevante para evaluar el desarrollo económico y social de un país, se vuelve aún más importante en el contexto de la crisis sanitaria y económica ocasionada por la pandemia de COVID-19, la cual profundizó disparidades ya existentes en la paridad de México y afectó de manera desproporcionada a las mujeres del país. Muestra de ello es el impacto sobre las mujeres en el mercado laboral del país: de los 2.1 millones de empleos perdidos en el país entre el 1º trimestre de 2020 y el de 2021, todavía son 1.5 millones de mujeres quienes no han recuperado el suyo, en comparación con 600 mil a hombres.

Tanto en el caso del #SemáforoEconómico de pobreza laboral nacional como el estatal, la meta establecida por México, ¿cómo vamos? se mantuvo igual para ambos sexos. A nivel nacional, la meta requiere que el nivel de pobreza laboral -es decir, la proporción de la población cuyos ingresos laborales del hogar son insuficientes para adquirir una canasta alimentaria básica- alcance un nivel menor al 20.5%; en caso de cumplirse esta meta, el #SemáforoEconómico se encontraría en verde, mientras que si la tasa de pobreza laboral está entre 20.5% y 26% de la población (ya sea total, femenina o masculina), el color sería amarillo. Si la proporción de la población en pobreza laboral es mayor a 36%, el semáforo será color rojo. Mientras que a nivel nacional el semáforo de pobreza laboral alcanzó un nivel de 35.6% en el 1º trimestre de 2020 y consiguió pintarse de amarillo, el semáforo de pobreza laboral femenina no ha conseguido un nivel menor a 36% desde el 2º trimestre de 2008, antes de la crisis financiera global; en contraste, el semáforo de pobreza laboral masculina fue amarillo tanto en el último trimestre de 2019 como en el primero de 2020.

En el primer trimestre de 2021, 41.3% de la población femenina del país se encontró en situación de pobreza laboral, mientras que 37.4% de la población masculina vivió en la misma situación; ambos semáforos se encontraron en rojo.

Para el #SemáforoEconómico de pobreza laboral, la medición del indicador es la misma y considera la proporción de la población de cada estado (femenina o masculina) que vive en pobreza laboral. En concreto, se usa una estimación de los ingresos laborales totales de un hogar (los cuales pueden variar dependiendo de la cantidad de miembros del hogar que tienen una ocupación pagada y los respectivos salarios que reciben). Si el total de esos ingresos laborales es insuficiente para cubrir el costo de una canasta alimentaria básica para cada uno de los miembros del hogar, se considera que todos los integrantes están en situación de pobreza laboral; esta canasta alimentaria incluye diferentes productos genéricos necesarios para cumplir requerimientos nutricionales mínimos, y su precio varía respecto a la zona en la que las personas habitan (ya sea rural o urbana). En el primer trimestre de 2021, la canasta alimentaria básica urbana tuvo un valor equivalente a $1,685 pesos mensuales, lo equivalente a un gasto diario de $56 pesos por persona.

Aunque la medición de la tasa de pobreza laboral es la misma, la meta establecida para el #SemáforoEconómico estatal es diferente: para que un estado tenga un semáforo en verde, su tasa de pobreza laboral debe ser menor a la nacional, y además debe haber mostrado un cambio mejor al nacional en el último año. Por ejemplo, si Nuevo León tiene una tasa de pobreza laboral de 22.2% en el 1T2021 (menor al 39.4% observado a nivel nacional) y además mostró un incremento anual menor en la tasa de pobreza laboral que el nivel nacional (su tasa subió 2.5 puntos porcentuales respecto al 1T2020 a raíz de la crisis, mientras que el incremento en la tasa nacional fue de 3.7 puntos porcentuales), su #SemáforoEconómico de pobreza laboral está en verde. Sin embargo, un estado como Baja California Sur -cuya tasa de pobreza laboral (de 24.6%) fue menor a la nacional, pero empeoró más que el nivel nacional (subió 8.3 puntos porcentuales en un año)- tendrá un semáforo en color amarillo. Por último, entidades con tasas de pobreza laboral mayor a la nacional en el periodo considerado tendrán un semáforo económico en rojo. Este método se utiliza para la medición de pobreza laboral total, femenina y masculina.

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN DE LA POBREZA LABORAL A NIVEL ESTATAL?

Al cierre del 1T2021 -y a un año de que se empezaran a observar los efectos de la pandemia en la economía- sólo seis entidades federativas tienen un nivel de pobreza menor que el observado en el 1T2020: Campeche, Chiapas, Nayarit, Oaxaca, Tamaulipas y Zacatecas. Resalta el caso de Nayarit, en donde 30.8% de la población se encontraba en situación de pobreza laboral en el 1T2020 y, al cierre del 1T2021, el 27.1% de su población se encontró en esta situación. Las 26 entidades federativas restantes mostraron un incremento en los niveles de pobreza de su población y, como consecuencia, a nivel agregado se observó un incremento en la proporción de personas en situación de pobreza laboral en México con respecto al 1T2020.

A pesar de que solamente seis entidades mejoraron sus niveles de pobreza laboral respecto al 1T2020, el #SemáforoEconómico de 13 estados se encuentra en verde, ya que tienen niveles de pobreza más bajos al nacional y su nivel empeoró menos que el nacional (la tasa de pobreza laboral en México incrementó 3.8 puntos porcentuales en el año).

Existen estados que se han encontrado rezagados respecto al resto del país desde 2006. Por ejemplo, el #SemáforoEconómico de Zacatecas, Veracruz, Tlaxcala, San Luis Potosí, Oaxaca, Puebla, Guerrero y Chiapas ha permanecido en rojo en desde el primer trimestre de 2006. Hidalgo estuvo en verde solamente en el 3T2016 desde el año 2006, y el resto de los trimestres ha permanecido en rojo. Morelos se encuentra en rojo desde el tercer trimestre de 2007, y Tabasco desde el último trimestre de 2016. Zacatecas, a pesar de ser uno de los estados con peor desempeño en el indicador, ha reducido sustancialmente sus niveles de pobreza laboral durante la pandemia: al cierre del 1T2021 la proporción de la población en situación de pobreza laboral es 42.7%, su nivel más bajo desde el tercer trimestre de 2007 (cuando el 41.2% de la población se encontraba en esta situación).

La reducción de la pobreza laboral debe ser una prioridad de todos los órdenes de gobierno, pero esta reducción puede deberse a factores como mayor recepción de remesas y mayor emigración, y no a una mejora sustantiva en las condiciones laborales del estado.

Destaca que, en todas las entidades federativas del país, hay más mujeres que hombres en situación de pobreza laboral. A nivel agregado, hay 18% más mujeres que hombres en esta situación, lo que equivale a decir que por cada hombre en pobreza laboral hay 1.2 mujeres.

Por entidad federativa, la brecha de género se encuentra en un rango de entre 6% y 30%. El caso de Jalisco muestra la mayor brecha, puesto que hay 30% más mujeres en pobreza laboral que hombres; es decir, por cada hombre en pobreza laboral en Jalisco, hay 1.3 mujeres.

Al evaluar la pobreza laboral por sexo, Chiapas, Guerrero y Oaxaca son también los estados con mayor proporción de pobreza laboral tanto para hombres como para mujeres, aunque las brechas al interior de éstos pueden ser significativas. Oaxaca, por ejemplo, tiene un diferencial de 3.6 puntos porcentuales entre el porcentaje de mujeres y hombres en pobreza laboral -con mayor pobreza laboral entre las mujeres.

Los estados con menor pobreza laboral masculina también tienen diferenciales importantes. En el caso de Jalisco, la tasa de pobreza laboral femenina es 5 puntos porcentuales más alta que la de hombres, aunque sigue siendo una de las 5 tasas más bajas de pobreza laboral femenina en el país. Otros estados con niveles bajos de pobreza laboral general, que coinciden con una baja pobreza laboral masculina y femenina, son Nuevo León, Baja California Sur y Baja California.

¿CÓMO SE RELACIONA LA POBREZA LABORAL CON LA INFORMALIDAD LABORAL?

A la par del indicador de pobreza laboral, México, ¿cómo vamos? da seguimiento a los niveles de informalidad laboral en el país, los cuales permiten identificar la salud del mercado laboral en cada estado y la calidad de lo trabajos disponibles en cada uno. La informalidad laboral contempla a aquellos trabajadores cuyo empleo no les proporciona un vínculo laboral reconocido ni les garantiza el cumplimiento de sus derechos laborales, los cuales incluyen el acceso a una pensión para la vejez, el cumplimiento de una jornada laboral, liquidación y vacaciones por ley, entre otras prestaciones. Los trabajadores informales pueden estar empleados en negocios informales, no registrados ante las autoridades, o en negocios formales que, no obstante, no les proporcionan un vínculo laboral reconocido ante la ley. Durante el primer trimestre de 2021, 50.8% de los trabajadores no agropecuarios de México tuvieron un empleo informal -nivel más bajo que el del 4T2020 (de 51.1%). Como en el caso de la pobreza laboral, la tasa de informalidad fue más alta para las mujeres (de 53.3%) que para los hombres (48.9%).

La informalidad laboral representa un detrimento para el mercado laboral y los trabajadores de cada estado, ya que los coloca en una situación laboral más vulnerable y, al privarlos de acceso garantizado a prestaciones como un seguro de gastos médicos, resulta en una calidad de vida más baja para quienes se encuentran en esa situación. Además de estar asociado con trabajos de menores ingresos, el indicador está ligado con los niveles de pobreza laboral observados en cada región: estados como Guerrero y Oaxaca no sólo tienen algunos de los niveles más altos de pobreza laboral en el país, sino que también tienen a proporciones elevadas de sus trabajadores en informalidad laboral. A la inversa, Nuevo León y Baja California, donde la pobreza laboral muestra niveles bajos, también tienen menores tasas de informalidad laboral. Lo anterior deja en evidencia que las variables económicas no son independientes entre sí: cuando una región tiene carencias en materia de infraestructura y vulnerabilidad de la población, estos factores se reflejan en diversos aspectos socioeconómicos de sus habitantes, como la pobreza y la informalidad laboral.

#ESCUELA DE ECONOMÍA El SEMÁFORO ECONÓMICO DE INFORMALIDAD LABORAL

Dada la importancia de la informalidad laboral para entender la calidad de vida en cada estado, México, ¿cómo vamos? estableció el #SemáforoEconómico estatal de informalidad, el cual funciona de manera similar al semáforo estatal de pobreza laboral. El cumplimiento de la meta para cada estado depende de que su tasa de informalidad laboral sea menor a la nacional y de que el cambio en su tasa haya representado una mejora más pronunciada que la observada en la tasa de todo el país (o que, en todo caso, el nivel de informalidad del estado no haya empeorado tanto como a nivel nacional). Para las entidades con informalidad laboral más alta a la nacional, el semáforo económico se ubica en color rojo.

Para la actualización del #SemáforoEconómico, se utiliza la tasa de informalidad laboral TIL2, que calcula la proporción de la población ocupada en el sector no agropecuario del país que trabaja en un empleo informal y sin vínculo laboral reconocido. Los niveles observados en la TIL2 difieren de los resultados de la TIL1 -la tasa de informalidad laboral del mercado laboral completo, incluyendo el sector agropecuario-. En el primer trimestre de 2021, por ejemplo, la TIL1 fue de 55.1%, mientras que la TIL2 fue de 50.8%, lo cual refleja un mayor nivel de informalidad laboral en el empleo dedicado a actividades de agricultura, ganadería y pesca en México. Aunque es importante dar seguimiento a la informalidad laboral en todos los sectores de la economía, el semáforo estatal de informalidad considera la TIL2 y evita algunas posibles distorsiones derivadas del carácter estacional de las actividades agropecuarias (las cuales podrían impactar las tasas de informalidad en estados con una proporción alta del empleo dedicado al sector).

¿CÓMO ES EL PANORAMA DE LA INFORMALIDAD LABORAL A NIVEL ESTATAL?

En los primeros tres meses de 2021, más de la mitad de los trabajadores del país tuvo un empleo informal, lo cual se traduce en alrededor de 22 millones de trabajadores sin un vínculo laboral reconocido. Aunque la tasa de informalidad (TIL2) alcanzó un nivel de 49.2% en el tercer trimestre de 2020 (en el contexto de una pérdida pronunciada de empleos informales en el país), la tasa ha sido mayor a 50% en el resto de los periodos incluidos en la serie del INEGI (que inicia en 2005), lo cual refleja la persistencia del problema en el mercado laboral mexicano. Sin embargo, existe una disparidad regional en la materia: mientras que estados como Oaxaca y Guerrero han registrado tasas por encima del 70% durante los últimos 5 años, en regiones como Chihuahua y Coahuila las tasas de informalidad se han colocado entre 30% y 35% de su población ocupada no agropecuaria.

En el 1T2021, Chihuahua y Coahuila registraron las tasas más bajas de informalidad laboral, con 29.7% y 33.8% de su población ocupada no agropecuaria en la informalidad. En contraste, Oaxaca y Guerrero tuvieron las tasas más altas, de 73.9% y 69.8%, respectivamente. Respecto al 1T2020, el nivel de informalidad nacional disminuyó, en 1.2 puntos porcentuales; similarmente, la informalidad laboral se redujo en 18 de los 32 estados del país. Sin embargo, considerando que la población ocupada se redujo en 25 estados durante el mismo periodo, la caída en la informalidad laboral no necesariamente señala un avance en el tema, sino que responde a una mayor pérdida de trabajos informales en la economía a raíz de la crisis. Entre el primer trimestre de 2020 y el de 2021, 1.6 de los 2.1 millones de empleos borrados del mercado laboral fueron informales, mientras que la caída en empleos formales fue mucho menor, de 500 mil plazas; dado que por cada empleo formal perdido se perdieron 3 informales, la tasa de informalidad disminuyó en el periodo, al pasar de 52% a 50.8%.

Al dividir por sexo, los estados con menor y mayor tasa de informalidad laboral se mantienen similares: Chihuahua tiene la menor informalidad laboral tanto para mujeres (29.2%) como para hombres (30%), y Oaxaca la más alta (77.9% para mujeres y 69.5% para hombres). Sin embargo, algunos estados como Nuevo León y Coahuila, que están en el lugar 2 y 4 a nivel nacional en cuanto a baja informalidad, respectivamente, caen al nivel 4 y 6 en informalidad laboral femenina, debido a que sus tasas son significativamente más altas que las de los hombres. Por otra parte, entidades como Chihuahua, Baja California y Aguascalientes salen mejor calificadas en cuanto a informalidad laboral femenina, debido a que sus tasas son menores que las masculinas. Sin embargo, la disparidad de género persiste: en 27 de las 32 entidades, la tasa de informalidad laboral en población no agropecuaria es mayor para las mujeres que para los hombres. Particularmente dispares son Colima, Yucatán y Campeche, donde la tasa de informalidad de mujeres es más de 10 puntos porcentuales más alta que la de los hombres. Por otra parte, en CDMX y Sonora, las tasas son prácticamente iguales (con diferencias de menos de 0.5 puntos porcentuales).

¿CUÁL ES EL IMPACTO DE LA POBREZA Y LA INFORMALIDAD LABORAL SOBRE LA ECONOMÍA Y POBLACIÓN MEXICANA?

Aunque están profundamente ligadas, la pobreza y la informalidad laboral afectan a diferentes aspectos de la economía y la población mexicana: una afecta la capacidad económica de la población en general para cubrir necesidades básicas para la supervivencia, mientras que la otra afecta la certeza laboral de la población empleada del país. Sin embargo, ambas generan una mayor vulnerabilidad para parte de los trabajadores y las familias del país, y generan rezagos que van más allá de una incapacidad temporal para adquirir bienes alimenticios o una falta de acceso a prestaciones laborales. La informalidad laboral, por ejemplo, está relacionada con niveles más bajos de productividad laboral, ya que los trabajadores informales tienden a tener menos acceso a capacitaciones y herramientas que les permitan aumentar su productividad y la de las empresas en las que trabajan. Una baja productividad laboral representa un obstáculo para alcanzar un crecimiento elevado y sostenido de la economía mexicana, el cual a su vez detonaría un incremento en los recursos disponibles en el país. Además, características del empleo informal como la falta de acceso a una pensión para la vejez, seguridad social, acceso a guarderías, tienen un costo en el ingreso presente y futuro, y generan incertidumbre en las finanzas del hogar de las y los trabajadores a largo plazo, y los privan de recursos económicos disponibles en la edad avanzada.

Por su parte, la pobreza laboral también genera rezagos duraderos sobre la población. Vivir -y crecer- con carencias económicas tiene efectos no sólo sobre la nutrición de las personas, sino sobre su nivel educativo y su acceso a servicios de salud, espacios adecuados de vivienda y calidad general de vida.

La relación entre pobreza laboral y rezago educativo es notoria al evaluar las cifras de carencias sociales de 2018. En estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, con los niveles más altos de pobreza laboral en el año, también se observaron las proporciones más altas de rezago educativo, ya que 29%, 27% y 24% de la población de esos estados no contó con educación básica completa.

La falta de una mayor cobertura educativa en estados donde hay pobreza generalizada, también inhibe las oportunidades laborales, lo cual deriva en menores ingresos -muchas veces de por vida- y una enorme dificultad para salir de la pobreza laboral en generaciones.

En resumen, una población con menor acceso a educación básica resulta en menores oportunidades de desarrollo, y al estar menos capacitada, se reducen al mínimo las posibilidades de movilidad social, disminuye al mínimo la productividad laboral y con ello el crecimiento económico del país.

Una de las prioridades para promover el progreso y disminuir la pobreza laboral, es la generación de empleo. A un año desde el inicio de los confinamientos derivados de la pandemia en México, los estados con mayor pérdida de empleo fueron también aquellos en donde la tasa de pobreza laboral aumentó. Condición indispensable para corregir la situación es la recuperación de esos empleos perdidos, de manera que se reestablezcan las fuentes de ingreso laboral de la población.

Sin embargo, no es suficiente recuperar los empleos perdidos, sino que éstos deben proporcionar los recursos económicos necesarios para que las y los trabajadores cubran sus necesidades. Al cierre del 1T2021, 14% de los trabajadores del país trabaja menos horas de las que puede y desea laborar, y 26% de ellos trabaja pocas horas y recibe una remuneración mínima[1]. Además, el empleo generado tendría que garantizar acceso a derechos laborales para los trabajadores, y un mayor nivel de certeza laboral. Una mayor formalidad laboral está relacionada con ingresos más altos y, al ser un mercado regulado por la autoridad, promueve la equidad de género. Por ejemplo, la reducción en los empleos formales durante la pandemia fue más paritaria, mientras que la pérdida de empleos informales se dio principalmente entre mujeres.

Para la recuperación de empleos de mayor calidad, con mayores ingresos, no es suficiente depender de la inercia de la reapertura de las actividades económicas y los esfuerzos de la campaña de vacunación, sino que se debe crear un marco institucional y se deben implementar políticas públicas que faciliten (y vuelvan menos costosa) la formalización del empleo. Además, es importante implementar programas sociales enfocados en dar apoyo a las poblaciones más vulnerables, garantizando el acceso a servicios educativos y de salud.

Descarga la publicación aquí.

Para más información revisa nuestro #SemáforoEconómico de pobreza laboral y de informalidad laboral en mexicocomovamos.mx/

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