A marzo 2021, la entrada de turistas al país parece estarse recuperando de la fuerte caída que sufrió el año pasado. Sin embargo, la falta de apoyos fiscales a empresas en los sectores más afectados y la elevada tasa de cierre de negocios dificultan el proceso de recuperación de la producción y el empleo. Para las empresas que se vieron obligadas a cerrar durante la pandemia, es muy costoso -o inviable- reabrir y reanudar sus operaciones, incluso cuando la demanda empieza a dar señales de recuperación. A nivel global, uno de los determinantes de la profundidad de la crisis económica durante la pandemia fue el peso del sector de servicios en la economía de cada país, y México no es la excepción. A nivel estatal, entre más pesaba el sector de restaurantes y alojamiento en una economía, más pronunciada fue su caída durante 2020. Este sector juega un papel preponderante en economías como las de Baja California Sur, Quintana Roo, Guerrero y Nayarit.
A raíz de eso, Quintana Roo y Baja California Sur fueron precisamente las entidades en donde cerraron más negocios el año pasado (aproximadamente 3 de cada 10 negocios cerraron). El sector de alojamiento y restaurantes -fundamental para las dos economías mencionadas- fue uno de los más afectados durante 2020 y resalta por su lenta recuperación; muestra de ello es el hecho de que Quintana Roo y Baja California Sur siguen siendo las dos entidades con mayores caídas económicas al cierre de 2020, aún en el contexto del inicio de la recuperación.
En la entrada de turistas internacionales, un factor relevantísimo para el sector, hay buenas noticias. Aunque en marzo la entrada de turistas internacionales fue menor a la de marzo 2020 en más de 2 millones de personas, la llegada de visitantes fue la más alta en casi un año (a excepción del mes de diciembre, cuando las fiestas ocasionaron una mayor entrada). Esto muestra que, aunque ciertas industrias como los cruceros todavía no reestablecen operaciones, la entrada de turistas a México sigue en ascenso y probablemente seguirá creciendo.
Es claro que la causa fundamental de la crisis económica actual es la crisis sanitaria, y hay dos factores que permiten entender los motivos de la desaceleración económica. Por un lado, el cierre de negocios y actividades ocasionado por las restricciones y medidas de confinamiento y, por otro lado, la menor demanda por bienes y servicios consecuencia de que la gente no ha retomado su vida normal -ya sea por medidas sanitarias o por una caída en sus ingresos- y decide no viajar, salir a comer a un restaurante o alojarse en un hotel, entre otras actividades. Sin embargo, conforme la economía se empieza a recuperar y las actividades se retoman, el sector de alojamiento y restaurantes es un buen ejemplo de que no basta con que se recupere la demanda, sino que también es necesario recuperar la operación desde el lado de los negocios y la oferta.
Sin apoyos económicos por parte del gobierno, muchos negocios no tuvieron los recursos suficientes para poder cubrir sus costos -sin tener ganancias- y esperar a que pasara la peor parte de la crisis. Más negocios de los que hubieran tenido que cerrar se vieron obligados a cesar completamente sus operaciones, por lo que ahora tendrían que reabrir una empresa desde cero si es que quisieran volver a hacer lo que hacían antes de la crisis. Además, es más costoso abrir un negocio nuevo que reanudar operaciones, por lo que la recuperación será más lenta de lo que podría haber sido y estará sujeta no solamente a que se recupere la demanda, sino a que exista la capacidad de producir y ofrecer al mismo nivel que antes de la pandemia.
La decisión de no haber usado recursos públicos para dar más apoyo a empresas y evitar quiebras seguirá teniendo implicaciones sobre la velocidad de la recuperación de la producción y el empleo. El sector de restaurantes y alojamiento es un ejemplo claro de cómo el hecho de que la gente vuelva a salir y retome algunas de sus actividades, no necesariamente va a llevar a una recuperación inmediata de la economía, ya que tomará tiempo para que la oferta pueda reestablecerse, sobre todo en los sectores en donde el cierre de negocios fue mayor.
Esto no quiere decir que la recuperación de la demanda no sea una buena noticia. De hecho, es una condición necesaria para que la recuperación económica pueda darse, y puede ser el motor que impulse la reactivación de la economía, aunque esta sea más lenta de lo que pudo haber sido de haber otorgado apoyos fiscales a los negocios en sectores más vulnerables. La velocidad con la que la gente pueda ir retomando sus actividades y se sienta confiada para hacerlo, la facilidad para abrir negocios y la certidumbre para los negocios de que no volverán las medidas de confinamiento serán los grandes determinantes de la velocidad de la recuperación económica. En este sentido, el éxito o fracaso del proceso de vacunación determinará en gran medida, el grado y la velocidad de la reapertura económica, de forma que la recuperación de la demanda pueda ir impulsando gradualmente la recuperación de la producción.
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Daniel Castañón labora en México, ¿como vamos? , el cual registra a detalle el crecimiento económico del país. Síguelos en Twitter , Facebook e Instagram . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.