La pandemia afectó diversos sectores de la economía, dentro de los cuales el turismo tuvo un fuerte impacto; la caída anual del PIB turístico en 2020 fue de 25.4%. Así, de los 7.9 puntos porcentuales que disminuyó el PIB nacional en 2020 , 2.2 corresponden a la caída de los sectores asociados al turismo.
Ahora bien, en comparación con otros sectores, el turismo muestra una mejor recuperación, especialmente en el Caribe mexicano. Por esto, vale la pena reparar en el desempeño de uno de los dos estados en la Península de Yucatán: Quintana Roo.
Mientras aumenta la inversión en proyectos turísticos e inmobiliarios, este crecimiento no se ve traducido en mayor progreso social en la entidad. Por lo que es importante conocer más allá de la imagen que se vende para unos cuantos y prestar atención a la realidad de quienes la habitan a diario.
De acuerdo con las cifras de crecimiento estatal , la actividad económica de Quintana Roo creció 1.35% en el segundo trimestre de 2022. A pesar de que recuperó su actividad económica pre pandemia en el cuarto trimestre de 2021, en el tercer trimestre de este año volvió a caer, por lo que es importante que mantenga un crecimiento sostenido. En cuanto al PIB per cápita, se encuentra en la posición 11 de 32. Si bien estos indicadores permiten evaluar el desempeño de la economía, es importante mencionar que el crecimiento económico no se traduce de manera automática en mejor bienestar para la población; es una condición necesaria pero no suficiente. Para ahondar en este aspecto, es preciso ir más allá del PIB.
En relación con lo anterior, la semana pasada se publicó el Índice de Progreso Social (IPS) 2015-2021 , el cual abarca tres dimensiones que engloban distintas definiciones y mediciones del bienestar: Necesidades Humanas Básicas, Fundamentos del Bienestar y Oportunidades. En 2021, Quintana Roo se encuentra en el lugar 17 de 32 del IPS y no en el 11 como lo sugiere el tamaño de su economía.
Para evaluar la calidad de vida es preciso conocer el desempeño estatal de los diversos factores del progreso social. En cuanto a la dimensión de Fundamentos del Bienestar, que comprende indicadores de la calidad de la educación y el acceso a información, así como indicadores de salud y bienestar, y calidad medioambiental, Quintana Roo se encuentra en la segunda mejor posición de las 32 entidades federativas. En el componente de Salud y Bienestar sobresale, al tener la menor tasa de mortalidad por enfermedades circulatorias por cada 100,000 habitantes. Aun así, esto representa una tasa de 112 por cada 100,000 habitantes, por lo que es importante que haya mayor inversión pública en salud para disminuir esta tasa.
En las otras dos dimensiones, Necesidades Humanas Básicas y Oportunidades, ocupa la posición 20 y 26, respectivamente. Estas puntuaciones son más que un lugar dentro de una lista de estados, porque mientras los hoteles ofrecen habitaciones de lujo de distintos tamaños a los turistas, 7.7% de los hogares en Quintana Roo viven en hacinamiento. Esto es cuando el promedio de ocupantes por cada dormitorio es mayor a dos. Por ejemplo, ¡tres personas viviendo en una casa con una habitación!
La ausencia de políticas públicas de vivienda digna para trabajadores en el estado de Quintana Roo es apremiante, y contrasta con el acelerado desarrollo de complejos de lujo. En promedio, un trabajador formal obtiene un salario diario de 404 pesos , y 5.6% de los trabajadores tardan más de dos horas en el traslado a su trabajo.
Además, se observa un rezago en la dimensión de Oportunidades; Quintana Roo mantiene un puntaje inferior al nacional en todos los años en los que se tiene registro (2015-2021). Dentro de esta categoría ocupa la última posición en paridad de género en posgrados, y es de los últimos lugares en posgrados nacionales de calidad.
De este modo, es posible considerar que mayor crecimiento económico y mayor urbanización no van de la mano con un aumento en el progreso social de manera automática. Por esto, es preciso voltear a ver los datos que muestran donde hay rezago para diseñar propuestas que permitan mejorar la vida de las personas. Como lo muestra el índice de esta entidad, es esencial mayor inversión pública en infraestructura, salud y educación.
Al final del día no solo es ofrecer las mejores vacaciones o la mejor ubicación para el retiro de unos cuantos, también es ofrecer una mejor calidad de vida para quienes permanecen; para aquellos cuya realidad es la otra cara de la moneda.
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Nota del editor: Sandra Martínez (@sandrammarpe) es investigadora en México, ¿cómo vamos? Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.