El lunes pasado el todavía secretario de Hacienda, Arturo Herrera, publicó un tuit en el que felicitaba al gobernador saliente de Querétaro , Francisco Domíguez, por la liquidación total de la deuda estatal, por 128 millones de pesos (mdp), equivalente a 3% del presupuesto del estado en 2021.
Es más, Herrera mencionó en su hilo que la deuda al comienzo de la administración del gobernador Domíguez había sido de 1,144 mdp y que con este movimiento ya no quedaba ningún saldo por pagar… ¿Suena como una buena decisión, no? Pues miren, de entrada no era tan difícil pagarlo en seis años de gobierno, puesto que este monto apenas equivalía a 0.5% del presupuesto del estado en el mismo periodo.
¿Pero qué tan bueno es para Querétaro pagar sus deudas y no endeudarse nuevamente? A diferencia de una deuda personal, al ser dinero público lo que está en juego es otra pregunta ¿para qué querríamos endeudar al estado? Siendo Querétaro uno de las entidades con mayor ingreso por habitante en el país (PIB per cápita), con una gran capacidad para adquirir (y pagar) un crédito que permitiera mejorar la infraestructura pública de transporte, seguridad, educación o salud, la mala noticia es que el estado invirtió apenas 4.09% de sus egresos totales (2017-2020); menos que el promedio de las entidades en el país (4.86%).
De fondo el problema de los gobiernos locales en México es que no invierten; sólo gastan, lo cual frena el crecimiento y desarrollo de la gente en el mediano y largo plazos.
Por supuesto que éste no es un problema exclusivo de Querétaro, pero hay algo que los gobiernos y funcionarios aún no reconcen fácilmente: la sabiduría de la gente respecto a lo que se necesita en su entidad. Según la encuesta de México, ¿cómo vamos? sobre perspectivas económicas , las personas en estados de ingreso alto –como el caso de Querétaro— demandan con mucha más frecuencia mayores inversiones que las personas en estados de renta media o baja, en donde se prioriza la entrega de apoyos gubernamentales a empresas, negocios y hogares antes que una mayor inversión.
Es decir, la gente en Querétaro sabe lo que le conviene en términos económicos (más inversión, pública y privada); pero el gobierno parece no hacer caso. Mejor se congratulan mutuamente autoridades locales y federales por saldar una deuda menor y mantener el gasto corriente a tope antes que invertir, que es lo que la gente sabe que se necesita. Increíble pero cierto.
La pregunta de fondo es por qué el gobierno -federal y local- no escucha lo que la gente sabe que se necesita para prosperar en este momento de la historia(invertir y promover la inversión privada), y prefiere mantener un alto nivel de gasto, que no genera bienestar ni mayor empleo en el largo plazo.
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Nota del editor: Sofía Ramírez Aguilar es maestra en economía y directora deMéxico, ¿como vamos? , que registra a detalle el crecimiento económico del país. Síguelos en Twitter , Facebook e Instagram . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
